Los ojos llenos de lágrimas ven más claro, el corazón acelerado riega mejor el cerebro...
"Nos enseñan también los proyectiles monstruosos que las fuerzas del orden utilizan para dispersar a los manifestantes: fabricados en USA en 1984, contienen clorobenzilideno malononitrilo, sustancia lacrimógena que en grandes cantidades puede provocar edema pulmonar, pneumonía química y crisis cardíaca."