sábado, 23 de octubre de 2010

Luis Rosales



Como el náufrago metódico que contase las olas

que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.


Luis Rosales
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A mí personalmente me gusta más la Oda al 18 de julio de Dionisio Ridruejo. Muy bien, Trompeta, ese espíritu de la Transición bueno.

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Trompeta, que se trata de poesía no de política....quién es Ridruejo, ¿el marido de M.?...
ABRAZOS
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Ah, ¿entonces tú crees que son cosas distintas? Quizá ahí esté el problema, querido Tromper. El nido de la perra, como dicen los mexicanos. Tanto mirar a la luna, a las estrellas y al propio ombligo, se nos olvida que la escritura es siempre un gesto político. Leer, como escribir (y como cagar y respirar te iba a decir) son siempre actos políticos. A mí hace poco me llenó de alegría descubrir que aquí mismo también hay poetas valientes y conscientes de esa verdad como una casa. Pero no, a esos no les entrevista Sánchez Dragó, ni se suben a mesas redondas con García Montero, ni se estudian en las universidades, porque no repiten las consignas impuestas de que la calidad literaria está por encima de la ideología. No señor, creer en la calidad literaria en sí mismo, tal y como nos enseñaban en la carrera, ya es un acto político y bien gordo. Y sacar la trompa para reproducir palabras de Luis Rosales también es una decisión de tipo político, te guste o no.

Falcón te lo dice mucho mejor que yo:

"En un nuevo escenario como éste, donde la contestación social se mueve de una manera tan diversa, la acusación de ser 'literatura vicaria a las consignas' que algunos hacen planear sobre la poesía política es, hoy, un absurdo tremendo. Exijámosles, a estos algunos, alguna prueba de lo que ellos suponen que es su 'propia auténtica libertad creativa' (...) A quienes fatigosamente nos recuerdan el peligro panfletario de nuestra poesía, exijámosles ejemplos. Un buen poema político puede ser, también, un buen panfleto. Nada hay de malo en escribir panfletos. Un buen poema político también puede ser todo lo contrario al mejor de los panfletos. Y puestos a hablar de poesía 'panfletaria'… ¿por qué no entresacar esos panfletos que, casi mensualmente, escribe el capitalismo a través de sus poetas? La poesía no es una estructura inocente."

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36488

De verdad, créeme que no te estoy intentando dar ninguna lección al respecto, sólo me gustaría que fueras consciente de que en la elección de tus palabras, en tus afinidades poéticas, en lo que lees y en lo que dejas de leer, siempre hay discursos políticos encerrados, y que la apariencia de neutralidad es, y muy especialmente en nuestro país, una toma de partido.

Ahí te va un abrazo,

Favila

P.S. Jeje, muy bien Trompeta, acabo de ver que censuras los comentarios que no te gustan. Ahora ya voy atando cabos... Ahí te dejo de momento con tus lunas y con tus estrellas y con tu ombligo grande. Nos vemos pronto.

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a lo mejor un día entiendes...
ABRAZOS

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y gracias por no darme ninguna lección... soy consciente de lo que tengo que ser consciente... ¿de qué eres tú consciente?... y qué sabes tú de lunas y estrellas y miramientos de ombligo, quizá más que yo, ¿no?...

ABRAZOS

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Mira Favila, olvida lo dicho y déjalo. No vamos a ponernos así por opiniones diversas que seguramente no lo serían tanto con un abrazo cara y cara y una buena conversación nocturna. No es una censura, no quiero que en mi perfil salgan, en general, opiniones o cuestiones políticas o ideológicas. Los que me conocen saben lo que pienso y prefiero no reflejarlo en esta virtualidad. Trato de compartir poemas, dichos, canciones u otras cosas sin intentar vencer ni convencer a nadie. La cuestión social-política-ideológica la vivo cada día haciendo lo que puedo, como será tu caso. No soy un revolucionario social pero tampoco vivo en lunas y estrellas y miramientos de ombligo...aquí en India colaboro con una ONG y poco más se puede hacer y lo sabes. Prefiero los actos a las palabras. Y en la literatura, me quedo con todo lo que me gusta, lo escriba quien sea, que la crítica literaria se ocupe de esas cuestiones, yo soy lector. Estoy pasando por momentos jodidos y lo último que me apetece es discutir con un amigo por algo en lo que, ya te digo, seguro que coincidimos bastante.

Un abrazo, Favi,

Trompeta

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Bueno, Tromp,

Pelillos a la mar.

Pero en la conversación nocturna esa que vamos a tener un día de estos me vas a oír, cabrón. ¿Qué es eso de que no quieres que aparezcan cuestiones ideológicas o políticas en tu perfil? ¿Acaso la ideología y la vida son cosas separables? ¿No ves que ese desterrar la política de la vida cotidiana es el arma favorita de quienes nos gobiernan para que las cosas no cambien? ¿De dónde viene ese odio a las ideas? ¿Quién lo fomenta, lo difunde y, lo más importante, quién se beneficia de ello?

Para mí está bastante claro: son los mismos que pretenden convencer a la gente todos los días de que la política es ese cachito de telediario que va antes de los deportes, y en el que María Dolores de Cospedal y Teresa Fernández de la Vega se esputan palabras y se tiran de los pelos de mentirijillas. En el fondo, son los mismos que se encargaban de difundir la coletilla esa de "yo no me meto en política, yo soy apolítico" en tiempos de Franco. ¿Pero cómo vas a ser "apolítico", hijodeputa, con lo que está pasando a tu alrededor?

El poema de Luis Rosales que pusiste a mí me sonaba un poco a eso, y la prueba es que cada vez lo encuentras más en los libros de texto, en los cursillos doctorales de las universidades, en las exposiciones de las obras sociales de las cajas de ahorros, en los elogios de Luis Alberto de Cuenca y de García Montero, que son como la Cospedal y la Fernández de la Vega de la poesía en este país, los dos portavoces interesados en que nada cambie.

Yo creo sinceramente que nosotros no podemos servir de hilo conductor de esas actitudes perversas, sino todo lo contrario.

A mí cada vez se me hace más difícil separar esas dos cosas, porque siento que la rabia por lo que veo a mi alrededor ocupa cada vez más parte de mis pensamientos, de mis conversaciones cotidianas, y de mis actos. Por eso lo que hiciste me pareció un acto de censura. Joder, si para algo puede servir el puto Facebook este es para eso, para estar en contacto, para abrir debates, para discutir, para remover un poco por ahí, para enterarse de lo que piensa el otro en definitiva. No puedo entenderle otra función.

Y además, tampoco me sentiría honesto saliendo por ahí con una pancarta o cacareando públicamente mi desacuerdo con la censura de los medios de comunicación de mi país, si antes no soy capaz de decirle a un amigo que me parece que no me está dejando hablar.

¿Vale?

Venga, anda, te mando un abrazote, y anímate, que enseguida pasan esos monzones, y volverá la gente a sacar los elefantes a la calle.

Nos vemos luego,


Favila