viernes, 24 de septiembre de 2010

A la huelga


Estimado, porqué gastas tus preciosas neuronas y tiempo en revolver basura? acaso Madrid, Valladolid o el Club no merecen algo mas de atenciôn que los dinosaurios estos? Un abrazo AK
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No, Papá, esto no es basura.

Es que por fin hay huelga general dentro de cinco días. Hace ocho años que no ocurre algo así en este país, y la cosa está que arde. El Club entero decidió ayer en asamblea cerrar sus puertas ese día, y todos los miembros vamos a salir a la calle a gritar que estamos hartos de trabajar con contratos de mierda o directamente sin contratos en centros comerciales y en fiestas de cumpleaños de niños pijos. Estábamos mucho mejor en los tiempos del Circo Ruso, y todo este descrédito a nuestro trabajo no es más que la punta del iceberg de una sociedad podrida por el consumismo y el individualismo atroz.

El otro día, sin ir más lejos, el compañero Astraco, en un evento financiado por la Comunidad de Madrid, se quemó las cuerdas vocales haciendo el número del tragafuegos, y el jefe de sección le despidió ahí mismo, mientras los niños y sus padres lo señalaban con el dedo y se burlaban de él. No sólo es que no le pagaron la indemnización por accidente de trabajo, sino que ahora le reclaman dinero por los desperfectos causados en el techo del palacio regional.

Eso ha sido la gota que ha colmado el vaso. El día 29 nos van oír. Esos tipos no saben lo que puede llegar a hacer un payaso cuando está airado.

Desde el Club se me ha encomendado el trabajo de las pancartas y de sensibilización de los compañeros que están fuera. De hecho, me han encargado que te diga que nos gustaría mucho ver cómo te solidarizas con nuestra causa desde el otro lado del océano. De hecho, tu número de escapismo en medio de la calle Corrientes nos emocionaría mucho a todos.

Vamos, Gran Luca, el momento está llegando, y los payasos debemos estar ahora más unidos que nunca.

Te mando un abrazo fraternal, y el vídeo solidario del compañero Friedman, desde Nueva York, para que veas que esta vez la cosa va muy en serio.


Salud,


Arturas