lunes, 23 de mayo de 2011

El sol y sus satélites


Hoy día 23 de mayo de 2011, ha comenzado la revolución de Madrid.

Después de la sabia decisión tomada por consenso en la Asamblea General de Sol de ayer domingo por la mañana, por la que los acampados se comprometieron a continuar con su desafío al menos una semana más, el movimiento se fortalece y continúa con una evidente pulsión centrípeta que afecta a las plazas colindantes al núcleo (la plaza de Pontejos, la de Jacinto Benavente, la del Carmen, la del arranque de la calle Alcalá, etc.) De esta forma, continuando y reproduciendo el proceso de fusión generado hasta ayer domingo por la noche desde el campamento del centro de la plaza de Sol, se conjura el peligro de debilitamiento desde dentro del movimiento y se afianza el objetivo final que, desde el 20 de mayo, se viene planteado como fuerza motriz y cohesionadora en las distintas comisiones formadas hasta el momento. Este objetivo consiste en que el gesto de conformar asambleas abiertas, soberanas, donde el bien común prevalezca sobre los intereses personales, y donde se puedan alcanzar acuerdos concretos que impliquen acciones visibles de cambio social en la ciudad, alcance también los barrios, los polígonos industriales, los satélites donde el nuevo discurso político generado durante la última semana en el Sol de Madrid se extienda y magnifique al entrar en contacto con asociaciones vecinales, grupos de barrio y colectivos de obreros de base. Creemos que allí, en esos nuevos foros de la periferia, la experiencia colectiva y la conciencia de la necesidad de un cambio político inmediato sí cuenta con el apoyo de asociaciones que llevan años trabajando a pie de calle, de modo que resultaría más fácil de activar una respuesta más eficaz, contra el sistema de violencia y poder establecido, que entre los muchos curiosos y mirones que se están acercando a Sol estos días, y que se mueven por un ímpetu de rabia contra lo que ven a diario, sí, pero también por un afán de fiesta y batucada a veces difícil de convertir en discurso político claro, dotado de reclamaciones y objetivos concretos.

Mientras tanto, la Plaza del Sol continuará con sus distintas carpas representativas de distintas comisiones encargadas de que el campamento no se mueva de donde está (Información, Infraestructura, Alimentación, Respeto, Extensión, etc.), y de las que emanan, de forma caótica y maravillosa, otras comisiones, subcomisiones y grupos de trabajo (Economía, Política a Largo Plazo, Política a Corto Plazo, Migración y Personas, Trabajo, etc.), cuyas decisiones se tomarán siempre en asamblea, y cuya razón de ser se orienta, cada vez de forma más palpable, a realizar acciones concretas, directas y pacíficas, con que frenar los gestos más evidentes, las puntas del iceberg en donde la impunidad del poder establecido se agudiza y se muestra con su mayor violencia sobre las personas que habitan la ciudad de Madrid.

Así pues, mientras la plaza del Sol ejerce su poder de atracción-distracción con un poco de jolgorio y quizá demasiada fiesta para lo que está en juego, la revolución se está empezando a hacer en las plazas contiguas. Ayer, por ejemplo, en la Asamblea de Política a Largo Plazo, constituida en la Plaza de Pontejos desde las 5 de la tarde hasta las 9.30 de la noche, y en la que participaron activamente al menos 200 personas, uno de los acuerdos que se llevó con mayor entusiasmo a la Asamblea General fue el de articular acciones directas y pacíficas con las que frenar alguno de los próximos desahucios que se produzcan en Madrid en las próximas horas. Se planteó muy seriamente la posibilidad de reproducir aquí en la capital las experiencias exitosas que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Murcia ha venido realizando en los últimos meses, y que consisten fundamentalmente en acudir en masa a la puerta de la vivienda donde el representante legal, el cerrajero, el delegado del banco que ha sufrido el impago y varios agentes de la autoridad establecida (generalmente policías municipales) vayan a efectuar el desalojo de una persona o familia sin recursos. Nadie dudaba ayer en aquella plaza de que el gesto de plantarse y no moverse de allí hasta que se fueran los ejecutores de los desahucios era lo más adecuado para hacer en relación a este tipo de injusticias.



En general, se percibe entre los campistas de Sol que estas acciones colectivas crearán lazos de solidaridad y compromiso muy fuertes entre los vecinos de las personas que se han librado provisionalmente del desaolojo, de modo que el gesto de solidaridad cunda entre ellos y se articule de forma espontánea, incluso sin necesidad de acercarse a cargar sus energías al núcleo de Sol.

Este modelo de acción directa reivindicativa, si la acampada perdura, podría extenderse y establecerse como acuerdo consensuado por otras comisiones, como la de Migración y Personas (hasta ayer peor llamada Inmigración), en la que ya se debatió desde el primer día la posibilidad de aprovechar las experiencias de colectivos de activistas como Ferrocarril Clandestino o Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos para actuar en caso de una macrorredada racista a las que la Brigada de Inmigración de la Policia Nacional en Madrid nos tiene mal acostumbrados en las plazas y los intercambiadores de la ciudad, en violación flagrante incluso del marco legal vigente y desoyendo sucesivas reprobaciones efectuadas desde la Unión Europea.

En resumidas cuentas, la gran novedad surgida durante los dos últimos días de asambleas y debates en las calles y plazas del centro de Madrid es que parece que se han desmantelado bastante los filtros, detectados por muchos de los participantes en los foros, que impedían la transmisión de los acuerdos tomados por asambleas de menor rango a la Asamblea General o a la Comisión de Acción, y que se debían a intervenciones torticeras por parte de personas simplemente poco habituadas al método asambleario, o a cuadros de partidos políticos de izquierda interesados en sacar beneficios en las elecciones municipales y regionales de ayer, o a la propia espontaneidad del movimiento.

Por otra parte, hay tres imágenes simbólicas muy importantes que creemos que han venido sobrevolando el inconsciente colectivo de las personas, en su mayoría jóvenes, que hemos estado viviendo en la Plaza del Sol desde el brutal desalojo del cámping en la madrugada del pasado lunes 17 de mayo. Tal vez merezca la pena repasarlas aquí, y recordar de antemano que sólo la primera de ellas llegó a triunfar entre el colectivo de los rebelados en Sol:

1) La Qasba de Túnez: el martes 18 de mayo, tras la segunda ocupación de la plaza del Sol, un grupo de jóvenes, organizados espontáneamente desde el Centro Social Casablanca del barrio de Lavapiés, lograron atravesar los cordones policiales con unas lonas, cartones y unas cuerdas que, por arte de magia, se convirtieron en unos quince minutos en unas luminosas jaimas donde se estableció de forma simbólica la base del campamento, desde entonces inamovible y en continua expansión dentro del perímetro peatonal de la Plaza. Los alrededores, inmediatamente, se fueron colmando de grafitis, pancartas y mensajes, en una clara referencia a las dos ocupaciones de la Qasba de Túnez.

2) Los camellos de Tahrir: el jueves 19 de mayo, durante todo el día, corrieron varios rumores que avisaban de la posible irrupción en la plaza de grupos organizados asociados a partidos de ultraderecha. La escena de los jinetes de Mubarak armados con sus guadañas sobrevoló el imaginario colectivo de la plaza en repetidas ocasiones, alentada tal vez por auténticas provocaciones que se pudieron observar en Internet (la adhesión explícita de la Falange Auténtica al Movimiento, por ejemplo: http://www.falange-autentica.org/) o en la propia superficie solar: el miércoles unos desaprensivos colgaron una pancarta que rezaba "¡Fuera inmigrantes!" entre la marea de eslóganes que ya llenaban la plaza, y sólo una inteligente intervención por parte de algunas personas permitió que la mala noticia, recibida inmediatamente por la Comisión de Información, no se transmitiese por los altavoces "oficiales" del campamento, lo que hubiera degenerado en una batalla campal y la intervención de la Policía, siempre atenta en los alrededores, como agente "pacificador" y, por la tanto, disolvente.

Según una noticia publicada en la web de contrainformación Kaosenlared, ciertamente el jueves la Policía Nacional detuvo a un grupo de entre 30 y 40 neofranquistas asociados al partido legalizado Regeneración que pretendían entrar a Sol y hacer leer al "speaker" un manifiesto suyo:

http://www.kaosenlared.net/noticia/policia-freno-intento-partido-neofranquista-regeneracion-entrar-puerta

Por suerte, los camellos fueron detenidos por la Policía antes de llegar al campamento y las dos fuerzas reaccionarias quedaron excluidas de la concentración de Sol. En definitiva, esto sirvió de aprendizaje para el sector más "ciudadanista" del Colectivo Democracia Real Ya, que se percató de que su tendencia a rebajar la radicalidad del discurso político y pedir explícitamente el voto para partidos pequeños podía ser dañina en su pretensión de incluir a cada vez más gente, atrayendo, bien al contrario, la simpatía de los partidos minoritarios de ultraderecha, en su afán por arañar unos votos al gran partido de la ultraderecha española, el PP.

3) El Congreso Local de Wisconsin. Desde que el pasado miércoles el primer desalojo fue respondido por una marea humana sin precedentes, que aseguraba la continuidad de la acampada, la propuesta espontánea de acudir a ocupar de forma pacífica el Congreso de los Diputados, a escasos 300 metros del Sol, fue tomando cuerpo en forma de propuestas firmes planteadas en la Asamblea de la Comisión de Acción. El convencimiento por parte de muchos de que el Movimiento generado el 15-M iba a tener como colofón una gran manifestación ayer domingo 22 de mayo, convocó, casi sin querer, la imagen de la ocupación del Congreso de Wisconsin por los sindicatos de funcionarios de aquel estado norteamericano. La decisión por parte de la Asamblea General de continuar al menos otra semana la acampada, desvinculándose así del resultado electoral, evitó un movimiento centrífugo en masa hacia el Congreso, que muy probablemente habría sido más destructivo que generador.

Finalmente, y para comprender mejor el éxito que hasta el día de hoy ha tenido la Revuelta del Mayo de Sol, habría que recordar un factor a nuestro modo de ver crucial en el desarrollo de los acontecimientos. Nos referimos al gesto de solidaridad incondicional con los detenidos tras la manifestación del domingo, formulado explícitamente por la Asamblea General de Sol. Ese paso adelante se fraguó el mismo lunes a las 9.30 de la mañana, cuando la asamblea de los primeros acampados leyó un manifiesto para que fuera consensuado. En ese manifiesto, se hacía referencia a la necesidad de reclamar la presencia de los que pudieran acudir a Sol en las siguientes horas, y de apoyar a "los que no podían estar", en referencia cuidadosa a los detenidos la noche anterior. Gracias a la presión de algunos de los allí reunidos (unos 25), salió adelante por consenso la propuesta de incluir un párrafo entero en el que se expresaba de forma rotunda la solidaridad con los compañeros detenidos y una exigencia meridianamente clara de que fueran puestos en libertad sin cargos de forma inmediata. El argumento que prevaleció en aquel momento, y que se aceptó como portador del bien común fue: "¡Si nos podía haber pasado a cualquiera!"

El día martes 17 de mayo, a las 12 del mediodía, se convocó una concentración de protesta frente a los juzgados de Plaza de Castilla, en la que participaron unas 100 personas, cuyo grito unánime de solidaridad con los detenidos cambió, por lo emocionante, el curso de la historia.

El jueves 19, y una vez puestos en libertad (con cargos de desórdenes públicos y atentado y resistencia contra la autoridad, penados con hasta 3 años de prisión), 17 de los 19 mayores de edad detenidos aquella noche consensuaron un espeluznante comunicado en el que describían las torturas y vejaciones recibidas durante las detención y las 48 horas posteriores que pasaron en los calabozos de diversas comisarías de Madrid. Ese documento fue impreso, gracias a una colecta pública, en panfletos que se distribuyeron en Sol. La web de contrainformación Lahaine.org lo publicó el mismo viernes día 2o por la mañana, y Kaosenlared ayer domingo también por la mañana:

http://www.lahaine.org/index.php?p=53828&lhsd=1

Ese documento, que relata con pelos y señales las vejaciones sufridas por los detenidos (nada sorprendentes por cierto para quienes han tenido la mala suerte de pasar alguna noche en un calabozo de la Policía Nacional de Madrid) se sumó a la serie de fotos y grabaciones publicadas en las redes sociales y que mostraban a policías disfrazados de "antisistema" como los causantes de los altercados de la noche del 15-M en Madrid. De esa manera se desarticuló la principal estrategia que la Delegación del Gobierno, la Comunidad de Madrid y el Ministerio del Interior tenían preparada para desmadejar el movimiento nacido bajo el paraguas de ¡Democracia Real Ya! Nos referimos a la estrategia de dividir a los manifestantes en dos grupos: los radicales y los pacíficos, los que van a liarla y los que no. Esta estrategia había sido muy exitosa para ellos los pasados días 25 y 27 de enero, en dos manifestaciones contra el Pensionazo que también fueron brutalmente reprimidas por los antidisturbios. La primera la convocó en la puerta del Sol el Sindicato de Oficios Varios de la Confederación Nacional del Trabajo de Madrid, y fue reprimida como ustedes pueden ver en el siguiente vídeo, con el resultado de 7 heridos y 2 detenidos:

http://www.youtube.com/watch?v=U9ohT-4Qn9M

La segunda de las manifestaciones contra la Reforma de las Pensiones fue convocada conjuntamente por una serie de colectivos encabezados por CGT, Iniciativa Anticapitalista, CNT Gráficas y Villaverde, Ecologistas en Acción, etc. Fue el 27 de enero y acabó con 9 detenidos más, que también denunciaron torturas y tratos vejatorios durante el traslado a las dependencias policiales y en su posterior estancia de 48 horas en el calabozo. Aquel día, los periódicos de Madrid de gran tirada dijeron solemnes mentiras acerca de los manifestantes, llamándolos "exaltados", "vándalos", "descontrolados" y acusándolos de haber tirado botes de humo y petardos con metralla contra la Policía.

Tres meses después, y sin duda en uno de los momentos cruciales en los que gravitó este movimiento, se produjo la manifestación de Juventud sin Futuro, que marchó entre la Plaza de Antón Martín y la del Reina Sofía el 7 de abril, congregando a unos 10.000 jóvenes. La manifestación culminó con un acto de desobediencia civil pacífica que consistió en el corte del tráfico, durante unos quince minutos, entre la Glorieta del Emperador Carlos V y el Paseo de Recoletos hasta la plaza de Cibeles. Hubo otros 12 detenidos, a los que los diarios ABC, El Mundo, El País y Público llamaron al unísono lindezas como "alborotadores", "miembros de grupos ultra", "marabunta" o "turba de incontrolados":

http://www.abc.es/20110408/local-madrid/abci-ninis-201104080002.html

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/08/madrid/1302253364.html

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Jovenes/sobradamente/indignados/elpepuespmad/20110408elpmad_1/Tes

http://www.publico.es/370253/trece-detenidos-por-disturbios-en-la-marcha-contra-la-juventud-precaria

Sin embargo, los jóvenes que habían trabajado de forma incansable en las asambleas y comisiones de trabajo de Juventud sin futuro, especialmente en las facultades de Filosofía y Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, dieron un paso adelante al aparecer en diferentes medios diciendo, al día siguiente, que el acto de desobediencia civil pacífica había ocurrido, sí, una vez desconvocada la manifestación, pero que comprendían las razones de quienes lo realizaron y se solidarizaban con los detenidos.

Ahí, en ese gesto inaugural de sacudirse el miedo a quienes ostentan el poder económico-político y a quienes ejecutan sus órdenes violentas, se engendró sin duda este Sol radiante de jóvenes no trasnochados, sino trasnochadores, no radicales, sino bien arraigados en sus convicciones, que no campan a sus anchas por calles y plazas, sino que acampan, se organizan y se autogestionan sobre el espacio público, que también es suyo. Ellos no pueden llamarse más antisistémicos, porque en realidad están creando un sistema nuevo, que dentro de poco esperemos se podrá empezar a llamar Solar.