miércoles, 25 de mayo de 2011

El sol en calma


Ayer martes 24 de mayo de 2011, tercer día de la Revolución de Madrid, no hubo tormentas en la superficie solar.

Las asambleas a las 8 p.m. en las plazas del Carmen y de Jacinto Benavente fueron un verdadero éxito. La primera daba la bienvenida a las gentes llegadas de los barrios de Madrid. La segunda organizó a las de los municipios. Otro día más, las cuestiones organizativas se impusieron sobre los debates políticos más profundos. En las asambleas de los barrios, por ejemplo, casi sólo se entró a debatir el modo en que desarrollaríamos la estrategia de difusión de cartelería y panfletos antes de que el sábado a las 12 p.m. quedemos constituidas sobre las plazas de la ciudad de Madrid. La indignación era comedida. Se repartieron tareas: llevar megáfonos, panfletear, hacer pancartas, coser los sacos, levar las jarcias, soltar el vuelo.

Sin embargo, tras los debates sobre temas prácticos, supuestamente más superficiales, empezaron a aflorar cuestiones serias: ¿llevamos sillas o nos sentamos en el suelo?, ¿permitimos cámaras o no?, ¿ponemos una mesita informativa los días anteriores o llegamos con toda la aeronave justo a la hora prevista del aterrizaje?

Mientras tanto, la Plaza de Sol ayer continuó durante toda la tarde y toda la noche con su fiesta, que es diversión. Después de que ayer las voces más revolucionarias e inquietas entre los acampados contuvieran sus ánimos y dieran una auténtica lección de fusión y cordura, hoy son los agentes reaccionarios los que parecen descontrolados: se suceden los vídeos de la cadena de televisión Intereconomía llamando "perroflautas" y "raritos" a los acampados, y azuzando, como Hamelin, a los perros machos inarmónicos (las UIP de la Policía Nacional Española y los grupos neonazis) para que acaben cuanto antes con lo que ellos conciben como un engendro en el centro de España, un monstruo antinatura que se reproduce y encima crece.

Para ver un ejemplo aún más claro, hoy el diario El Mundo, en las página 18 y 19 de su edición nacional, publicaba un artículo en el que el periodista Quico Alsedo se descamisa contra los sublevados. En un alarde de agudeza e investigación nos cuenta que ha descubierto la gallina de los huevos de oro, el nido de la sedición. Titula: "La Okupa Casablanca, el cuartel general de Sol". Ése es, al parecer, el centro donde se reúnen los libertarios y se establecen alianzas con la muy terrorista confederación de trabajadores CNT.

http://e-pesimo.blogspot.com/2011/05/movimiento-15-m-la-okupa-casablanca-el.html

A decir verdad, los reporteros de El Mundo constituyen un gran peligro ahora mismo para el Movimiento. Después de haber encontrado a los guardianes de la revolución ayer, hoy es muy probable que se pongan a husmear también en lo que hacen los campistas procedentes del Patio Maravillas, a rebuscar en la semilla mutante que entre 1997 y 2004 sembró en Madrid el Laboratorio. Soltarán su armada de plumillas y se enterarán de lo que se habla en los sindicatos CGT y Solidaridad Obrera, también asamblearios, y escudriñarán hasta encontrar a los militantes del CSOA Seko, la Casika, la Gotera, El Dragón, las asociaciones estudiantiles de la Complutense, la Autónoma y la Carlos III de Madrid. Tal vez (¡oh, no!) ya mismo mañana tengan en sus manos el documento donde está escrito el pacto que hicimos con el PSOE, la ETA y el Ministerio de Cultura, para que en junio de 2010 nos cedieran el edificio de La Tabacalera de Lavapiés y empezáramos a entrenarnos en nuestras prácticas de autogestión y guerrilla.

Desde aquí avisamos a nuestros compañeros revolucionarios de que los periodistas al fin se están acercando a la realidad, y nos van a descubrir, si no nos cuidamos, el verdadero rostro. Atención, por favor, que ya están sobre la pista buena: saben que la verdadera arma de la Revolución Solar de Madrid está en el método de la asamblea, y enseguida publicarán nuestros secretos principios: que el bien común prevalece sobre el individuo, que hay turnos estrictos de palabra, que los delegados son en todo momento revocables, que somos voluntarios, que queremos que el consenso arraigue como mala hierba sobre el cemento fértil de las barriadas, y transformarlo en averías concretas de transformación social. Eso podría ser el principio del fin para nosotros, compañeros, y el triunfo definitivo para los periodistas y sus amos, esos que les hacen libres de mentir mientras les paguen en tanto sus hipotecas.

Desde aquí os mandamos nuestra alerta, compañeros. No dejemos que ningún reportero abduzca hoy a alguno de nuestros cuadros más expertos. Que nadie se entere de que llevamos petos naranjas y amarillos fosforitos, y que, desde la Comisión de Extensión, estamos dando cursillos rápidos sobre cómo se constituye una asamblea. Como difundan nuestras reglas antes de que nosotros lo hagamos el sábado, estamos para siempre perdidos. Nuestro sueño de exportar el Sistema a la galaxia entera se volverá pesadilla.

Poneos las pilas, compañeros campistas. El Mundo también gira en torno al Sol.