martes, 25 de mayo de 2010

La independencia de EEUU

Hola, R.

Pues yo prefiero que no escribas nunca tu bestseller y que sigas siendo un tipo íntegro, y, sobre todo, con buen gusto para el cine.

Sobre Pedro Costa hicieron un ciclo aquí en la Filmoteca el año pasado, pero lo pillé casi terminando y sólo conseguí ir a ver un par de sesiones de mediometrajes. Eran unos vídeos un poco descabezados y sin concierto, aunque me encantó uno sobre los caboverdianos de los suburbios de Lisboa, una pista que quedó por ahí apuntada en el cuaderno de las cosas para husmear y que ahora que me lo dices volveré a recuperar.

Por desgracia, de aquel ciclo de Pedro Costa, lo que me quedó más marcado fue lo siguiente. Estábamos en la puerta del cine, dudando si entrar o no a una sesión de título Memories. Como no sabíamos nada del portugués ese con fama de ex punkie, yo propuse todo servicial ir a buscar el programa y leer atentamente la sinopsis de aquella extraña cosa subtitulada "Episodio de Pedro Costa: A caça ao coelho com pau / The Rabbit Hunters."

La sinopsis decía, textualmente: "La segunda de las bagatelas de Costa sobre el complejo monumental de Juventude em marcha y sobre el entorno del personaje de Ventura, después de Tarrafal." Tócate los cojones. ¿Te haces a la idea de la cara que se le queda a uno?

Me acuerdo de que estuvimos leyendo palabra por palabra aquel parrafito, intentando descifrar su recóndito significado. Y me acuerdo de releerlo en voz alta otras dos veces más, hasta que nos dio la risa tonta. ¿Pero quién era el gilipollas que hacía los folletos de la Filmoteca? Luego seguro que era de los que se quejan de la falta de difusión del cine independiente. Qué tío desubicado.

Por supuesto, el grueso del grupo se fue a tomar cañas y yo como campeón friki fui el único que entré en la sala, para conocer a ese hombre honesto y comprometido que tú ahora me recomiendas.

Así que en cinco minutos, en cuanto termine este email, me bajo a la sala de máquinas de mi factoría pirata y me pongo a bajar En la habitación de Vanda. He oído que es una peli durísima, así que iré tomando un buen protector de estómago (y un limpiador de espíritu) para la noche en que la vea en casa.

Por cierto que si quieres completar tus provisiones cinematográficas con cualquier cosa de mi humilde factoría, por aquí quedamos a tu disposición, siempre que lo necesites. No tienes más que decir esta boca es mía, y te haremos llegar hasta Chinchenati algún DVD jugoso. Siempre y cuando, por supuesto, a la vuelta del correo nos llegue algo semejante para completar nuestros archivos.

Porque tú te quejas mucho de tu aislamiento ohiano, pero en realidad no creo que estés tan mal. De hecho, me da la impresión de que en el cine norteamericano actual está pasando algo bueno, a lo que seguro que puedes acceder mucho antes que nadie. Parece que por fin está surgiendo un cine reindependiente (independizado de las pasteladas esas de supuesto cine independiente que arrasan en Sundance y que tanto daño le hacen al mundo). Me refiero a unas historias pequeñas, sencillas, con actores no profesionales y buenos fotógrafos, que van llegando aquí con cuentagotas pero que seguro que ya a estas alturas deben de ser un mar allí en tu país.

El domingo, precisamente, fui a ver una de ellas. Se llama Beeswax, y es de Andrew Bujalski, de 2009. Está hecha en Austin con chicos de Austin y cuenta una historia, a mi manera de ver, muy correcta. Enseguida recordé que habíamos visto cosas muy parecidas últimamente, muy parecidas en la manera de narrar, y que también nos habían gustado mucho. Una de ellas se titulaba Go get some rosemary, de Ben & Joshua Safdie, también de 2009. Y muy poco antes The exploding girl, de Bradley Rust. Y À l'ouest de Pluton, de los quebecoises Henry Bernadet & Myriam Verreault. 2008. Más de lo mismo, pero de lo mismo, en mi opinión, muy bueno.

Esas pelis ya te aseguro yo que son imposibles de encontrar aquí, por más que uno le ponga aceite a los pistones de la quemadora.

Así que no me llores, que no. Que eso (lo de vivir en Ohio) no es na, camará.

Un abrazote,


Favila



P.S. Si me contestas este mensaje hablamos Sobre Elly, y sobre un tal Khachatrian, maestro artesano armenio. ¿Vale?