lunes, 22 de noviembre de 2010

Real de Catorce, guayabo del quince

Via Crucis. Cerca del Real de Catorce.

¿Watley?, ¿Real de 14? , ¿El Quemado? El tren casi interminable, el mar de tierra, el Cañón de los Siete Colores... Ten cuidado con lo que piensas, pues allí en el desierto todo se vuelve realidad y realidad se volvió mi Iyari
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Yo espejismos no tuve en aquel sitio, ni instintos paternales tampoco. Con el peyote no me atreví, me conformé con pulque de lata, marca La Lucha. Así que el desierto de Catorce a lo que me recuerda es a resacón (guayabo): las ideas caminando a paso de tortuga, como el tren de la foto, la boca hecha tierra de esa blanca, y los pinchitos de los espinos ahí metidos en la cabeza. Desde entonces, no he vuelto a probar la Lucha. ¿Y vos? Vos ya sé que sí, María.