lunes, 30 de noviembre de 2009

Lisandro Alonso

En las notas que hablan de cine, los críticos suelen escribir "film honesto", "una mirada honesta". Para no desgastar el adjetivo, y no malgastarlo, conviene ir a ver las pelis de Lisandro Alonso. O a "curiosearlas", como a él le gusta decir.
Se trata de un cine de verdad, humano, en el que no hace falta repetir que los límites de documento y ficción están borrados, porque eso, cuando el autor es honesto, ya poco importa. Desde la primera escena de Los Muertos, uno puede disfrutar de las hechuras limpias y sin prisas de los autores auténticos (Makhmalbaf, Reygadas...), esos que enseguida te transmiten su halo de seguridad o pachorra, la de saber que necesitan compartir contigo una historia y que detrás hay unas razones claras.

A los espectadores miedosos que ya no saben aguantar la mirada de un prójimo honesto y curioso, Lisandro Alonso les parecerá un director tedioso, desesperante. Para los valientes será un descubrimiento, un montonazo de esperanza.

Lisandro Alonso.
Liverpool (2008)