lunes, 26 de septiembre de 2011

Las injurias

Dice Guillem Martínez que "la Cultura de la Transición es la ausencia de beligerancia hasta en el lenguaje. La CT es, también y fundamentalmente, una construcción lingüística para pintar de blanco las estridencias".

http://guillemmartinez.blogspot.com/2005/11/diccionario-martnez-poltico.html

Cuando vimos El honor de Las Injurias, de Carlos García Álix, hermanísimo exponente de la Cultura de la Transición, todavía no habíamos leído a Guillem Martínez, y tampoco habíamos reflexionado demasiado sobre los mecanismos con los que se articula el lenguaje hegemónico impuesto desde las instituciones culturales españolas desde la muerte de Franco hasta nuestros días. Sin embargo, durante aquella hora y media de CT primaveral en la Filmoteca nos revolvimos de lo lindo en nuestra butaca. Sentíamos un escozor infinito en el culo al contemplar precisamente eso que Guillem tan bien nos definió luego: bajo la sábana blanca de un supuesto documental, con la falta de estridencias propia de una maquinaria fina, se nos iba retransmitiendo de arriba a abajo todo el sucio ideario que sirvió para abotargar a la generación de nuestros padres y madres.

Felizmente subvencionado para disponer de todo un arsenal de materiales de archivo, Carlos García-Álix, el hermano del famoso fotógrafo de la Movida, se nos disfrazaba de documentalista para hacer publicidad descarada de nuestro modelo de Transición democrática. Un narrador televisivo, con voz grave y mil veces neutra, nos bombardeaba desde la gran pantalla del Cine Doré con las mismas ideas fuertes con las que vienen martilleándonos estos artistas chupones desde hace más de 30 años: "que qué malos eran los unos y los otros durante la Guerra Civil Española", "que qué miedito los anarquistas, con sus hordas de gatillos fáciles esperando las órdenes de García Oliver", "que qué brutalidad las de aquel pueblo mísero, determinado desde el nacimiento por el olor a pozo negro de los pueblos y poblados donde los parieron".

¿Pero hasta cuándo nos vamos a seguir creyendo esa mierda de que la gente que padeció la Guerra Civil en España era idiota, y sólo el hambre y la ignorancia les condujo a matarse entre ellos? ¿Cuándo nos van a hablar de las lecturas de nuestros abuelos madrileños, de los pasquines, de las tertulias, del debate ideológico que se vivía en todos los rincones de la ciudad en aquel momento en que el futuro político de la humanidad se definía en la sierra de Guadarrama? ¿Por qué ninguno de estos artistas subvencionados nos va a sugerir nunca que los ignorantes políticos somos nosotros, una generación anulada para el juicio político por la telebasura y el telemárketing? ¿Quién va a ser el valiente que nos recuerde que los pobres de aquellos abuelos siguen hacinándose hoy en infraviviendas mientras los hijos y los nietos de los ricos contra los que lucharon se lo siguen pasando en grande en el barrio de Salamanca? ¿Cuándo se van a dignar a llamarle por su nombre ("duelo de garrotazos") a lo que vivimos hoy en día en nuestras calles?

Pues eso. Que me cago en su "lenguaje automatizado".



El honor de Las Injurias. Carlos García-Alix. 2007