viernes, 2 de julio de 2010
Los hombres digamos brillantes
Querido Lucarionte,
El otro día vi las Historias extraordinarias de Mariano Llinás, y me quedé maravillado. Vaya derroche de imaginación, de buen gusto y, sobre todo, de trabajo de campo. Hacía mucho tiempo que no veía algo así.
Esta noche, que ya es fin de semana, pienso llevar la película al Club y hacer el visionado con los muchachos hasta la hora que haga falta. Luego vamos a debatir una propuesta que yo mismo he redactado y que esta mañana Arturo se está encargando de repartir con su monociclo.
Y si sale adelante la propuesta, te quedarás encargado de buscar a Mariano por el Gran Buenos Aires, porque tengo la sospecha de que él "es" uno de los nuestros.
Lo del gran Zucco en los Balnearios podía haber sido una casualidad, un golpe de suerte. Pero es que la Historias extraordinarias vuelven a estar llenas de palomeques, de saponaras, de pequeños hombres "brillantes" que nos tocan directamente la fibra y nos apelan indefectiblemente a una gran acción colectiva.
Y cuando encuentres a Mariano Llinás, y siempre y cuando descubras que es un hombre de fiar, propónle acompañarnos en una gran Alianza Transoceánica, qué digo una Alianza, un Gran Pacto Mundial de Hombres, digamos Brillantes, que se reúna bisemestralmente en nuestra sede de Tirso de Molina, y, si a él le parece bien, que lleve el nombre de nuestro querido compañero colombiano Joaquín Farfán, ahora que se cumple el año de su terrible accidente con los zancos en Buenaventura.
Recibe un abrazo, Luca.
Seguimos en contacto las siguientes horas para lo que sea menester.
Y muchas gracias, para siempre, por haberme descubierto al señor Llinás.
Con mucho afecto, tu amigo,
Favilov