miércoles, 11 de junio de 2008

El castigo de Amalia

Sin embargo, poco tiempo después, ya nos abrumaban por todas partes a preguntas, con respecto a esa historia de la carta; venían a preguntárnoslo amigos y enemigos, gente que conocíamos y extraños, mas no se quedaban mucho tiempo; nuestros mejores amigos eran los que más pronto se despedían.

Franz Kafka, El Castillo.