viernes, 4 de marzo de 2011

Ut prae laetitia lacrimae prosiliunt mihi

"Y cuando en estos momentos llora y llora como un hombre, apretado contra nuestro pecho, comprendemos que no nos ha mentido y que tiene realmente -solo- dieciocho años. No tuvo miedo cuando le pegó la policía ni frío cuando llovió implacablemente sobre las tiendas ni dudas cuando se le pidió que resistiera; pero la tristeza -ay- la tristeza es el derecho inalienable de los niños que han crecido demasiado deprisa y que han tenido esa cosa extraordinaria por primera vez en su vida: una vida."

Alma Allende y Ainara Makalilo.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=123578