miércoles, 22 de junio de 2011

Ningún ser humano es policía

Ayer por la noche se cumplían 30 días de las elecciones municipales. Hacía un mes justo que empezó lo que quisimos llamar Revolución de Madrid.

Un grupo de unas doscientas personas nos fuimos anoche a dormir junto al Congreso, no a celebrar ese inmenso aniversario de 30 días, sino a denunciar el último trámite parlamentario de la Reforma de la Negociación Colectiva. Nuestro plan de acción junto al Congreso lo habíamos llamado "Acampada de Buenos Días Diputados e Imputados", y es verdad que su objetivo, con las escasas fuerzas que al final juntamos, no podía ser el de parar esa reforma infame que nos hará más pobres. Pero sí era una acción visible, combativa, y nos sumamos a ella alegremente indignados.

A las 4 de la mañana abrimos un ojo. Al principio no nos lo podíamos creer. Un grupo de los acampados estaba apoyado contra las vallas que nos impedían el paso al Parlamento y hablaba distendidamente con los policías que nos acordonaban. Caras hermosas, luminosas, ya muy familiares después de tantos días, intercambiaban palabras suaves con aquellos rostros duros, férreos, animales. El jefe de la jauría, un funcionario bajito y dicharachero que ya conocemos de alguna otra batalla, hablaba de sus aficiones musicales con los manifestantes. Los uniformados que le escoltaban en una fila más atrás, mucho más altos y corpulentos, estallaban a veces en grandes carcajadas. Vaya usted a saber sabe cuál era la razón de aquellas risotadas, pero en todo caso, sí puedo decir que, por primera vez desde que comenzó todo esto, anoche vi policías antidisturbios que, estando a menos de un metro y medio de los indignados, no sentían la necesidad de acariciarse, machos dominantes, la empuñadura redonda de su arma reglamentaria. Incluso llegué a pensar que quizá algún día, cuando abandonen ese uniforme y renuncien al salario indigno que cobran cada mes por cometer sus tropelías, aquellos policías podrían llegar a ser humanos.

Mis compañeros de acampada, yo no sé lo que les estarían diciendo. Lo sentí mucho. Quizá nos equivocamos, y les pido disculpas por adelantado. Pero anoche, a las 4 de la madrugada, decidimos ponernos las gafas de ver deprisa, recoger la esterilla, y enfilar nuestros pasos hasta la casa. Fíjese bien el señor comisario en la grabación de la cámara que tiene usted situada en la esquina de la carrera de San Jerónimo con el Paseo de Recoletos. Nos podrá ver, con camiseta azul oscura y gafas de miope, levantarnos y salir insurrectos del campamento.

En Madrid, yo tengo compañeros que, por haberse manifestado de forma pacífica a favor de una causa que yo considero la más justa, muy recientemente han sido torturados en calabozos por agentes de la Policía Nacional. Y encima de eso, ahora enfrentan cargos de hasta tres años de prisión, que pueden arruinar definitivamente sus vidas. En Madrid, tengo familiares que en cualquier momento pueden ser secuestrados por la calle y deportados de mi hogar y de mi compañía porque el color de su piel no se ajusta a los gustos de los policías nacionales y de quienes les dan las órdenes.

Anoche sentí que mi revolución se estaba desinflando.

Sin embargo, justo antes de acostarme en mi cama, me llegó este vídeo de lo que había pasado en el metro de Oporto la noche anterior. Me devolvió la esperanza en un verdadero cambio.

Ojalá que a ustedes también les reconforte.

Que tengan mucha salud (y feliz puente) aquellos de ustedes que todavía luchan.



http://www.youtube.com/watch?v=Lt721-Ebjsk

lunes, 20 de junio de 2011

Los hipopótamos de Neptuno

Hoy es lunes, 20 de junio de 2011. Arranca la cuarta semana de la Revolución de Madrid.

Y arranca de la mejor manera posible: con la paralización del derribo de dos casas en la Cañada Real. Unas 300 personas escucharon el llamamiento hecho por la Plataforma Stop Derribos y la Asamblea Popular de aquel barrio de 25.000 habitantes, y de amanecida se subieron a los tejados de las viviendas afectadas. Así consiguieron detener la demolición que, en violación de la Ley 2/2011 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los violentos representantes de la Comunidad de Madrid (PP), el Ayuntamiento de Madrid (PP), el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid (IU) y el Ayuntamiento de Coslada (PP), en connivencia con especuladores y constructores, tenían mucho interés en perpetrar antes del mediodía.

Mañana martes a estos valientes vecinos les tocará redoblar esfuerzos, porque en el sector 3 (perteneciente a Vicálvaro) de este barrio obrero y pobre hay programados nuevos derribos, entre ellos los de una casa donde vive una mujer enferma de cáncer que, si no la sabemos defender, tendrá que dormir por la noche en la calle. Los pacifistas han quedado a las 7:30 horas en la salida del metro Rivas-Urbanizaciones. Los bulldozers estarán preparados, como hoy, desde las 6.30 de la mañana. Vamos a ver quién se apunta un nueva victoria.

Además, ayer comenzó, en Valencia, la primera de las marchas que, desde distintas ciudades de España (Santiago, Cádiz, Murcia, Barcelona, Vigo, Logroño, Málaga, Granada, etc.), confluirán en Madrid el próximo 23 de julio y que irán sembrando la semilla del asamblearismo y la solidaridad por todos los pueblos que les acojan en el camino.

Además, hoy a las 8 de la tarde, ante los juzgados de Plaza de Castilla, los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, apoyados por las asambleas de los barrios de Madrid, acompañarán a personas, en su mayoría migrantes, que han sido víctimas de estafas hipotecarias y demandarán la paralización inmediata de los procedimientos de desahucio hasta que no se resuelvan sus denuncias penales. Entregarán en el Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid decenas de cartas de personas y organizaciones en apoyo de estas familias, cuya denuncia por hipotecas basura ha dado lugar a las Diligencias PA 6940/10.

Además, mañana a las 7 p.m. comienza una interesantísima acampada con la que el miércoles por la mañana se toparán los diputados e imputados nacionales cuando quieran entrar al Parlamento español. Los activistas del 15-M, con sus pijamas, esterillas y sacos de dormir, intentarán ponerse lo más cerca posible de ese edificio para darle como se merecen los buenos días a los insurrectos parlamentarios que, frente al común sentir de la población pacífica, intentarán tramitar una agresiva Reforma de la Negociación Colectiva, aprobada por decretazo en Consejo de Ministros el pasado viernes 10 de junio.

En definitiva, las acciones directas de los activistas del 15-M continuarán marcando durante las próximas semanas la agenda de los políticos de este país, que por cierto ayer se llevaron un buen susto al ver en sus pantallas de ordenador cómo muchísimos miles de vecinos de la capital, a ritmo de hipopótamo, se encaminaron a las puertas del lugar donde ellos suelen reunirse a solas para conspirar y organizar actividades delictivas. Los manifestantes ayer gritaban mucho, pidiéndoles por favor a los políticos que se fueran, que dejaran de hacer sangre con los pobres habitantes de este país. Sintomáticamente, los que más gritaban eran los jóvenes y los viejos. Cientos de policías cazadores, armados hasta los dientes, nos detuvieron el paso justo cuando estábamos a punto de alcanzar el edificio de las conjuras. Se conoce que ayer no habían recibido órdenes de capturarnos a ninguno. Los redactores jefes de los periódicos y las televisiones, en cambio, sí fueron avisados a tiempo: echaron la tarde haciendo cuentas sobre la cantidad de los hipopótamos que estábamos en las calles. Luego la dividieron entre números enteros siempre superiores a 4, y la publicaron en sus variadas portadas y en sus telediarios.

Con todo y el éxito de la ocupación de ayer de las calles de Madrid, hay una cosa que me sigue preocupando mucho de la actitud de algunos de nosotros, los hipopótamos. Volví a verla anoche en la manifestación nocturna frente a la Embajada de Francia, que se convocó en respuesta a la detención de más de cien manifestantes en París a media tarde. Se convocó después de la Asamblea de Sol de las 9 de la noche, y con el regusto dulce de nuestra demostración de fuerza por la mañana. Creo sinceramente que, como no corrijamos pronto esa actitud, podemos acabar recluidos con toda nuestra manada, si no sacrificados. Me explico.

Algunos de los concentrados anoche, desde las 12:30, junto al número 9 de la calle Salustiano Olózaga de Madrid, querían que nuestra protesta fuera silenciosa. Mientras en la jaulas de las comisarías de París se lamentaban 127 de nuestros compañeros, capturados a media tarde por las fuerzas especiales de la Gendarmería francesa mientras estaban cachazudamente sentados frente a la Catedral de Nuestra Señora, algunos de nosotros, los madrileños, decían que no había que perturbar con gritos el sueño de los vecinos. Su comportamiento me pareció egoísta y, por lo tanto, un poco violento. ¿Por qué no pensaban que los compañeros parisinos necesitaban, más que nada en el mundo, que nuestros gritos de solidaridad y rabia les llegasen hasta sus celdas de castigo? ¿Por qué no pensaron que los vecinos de aquel extraño barrio de Madrid quizá también eran como nosotros de hipopótamos, y que estarían necesitando escuchar lo que había sucedido hacía unas horas en París? ¿Por qué no querían llamarles a gritos para que bajaran a solidarizarse? En silencio, creían estar manteniendo impoluta su imagen del Movimiento, sin fijarse bien antes en lo turbio de la mirada de las decenas de policías españoles que nos cortaron el paso junto a la Embajada de Francia. Los policías portaban sofisticadas armas de matar y unos vehículos con rejas donde perfectamente cabíamos todos nosotros. ¿Acaso no vieron a los policías infiltrados, otra vez con sus mochilas llenas de pistolas y cargadores, vigilándonos desde la calle de Pedro Muñoz Seca? ¿No se daban cuenta de que en sus piringanillos podían recibir, en cualquier momento, la orden de asalto de nuestros violentos gobernantes? ¿No era mejor gritar, expresarnos, para interferir aunque fuera un poco su comunicación furiosa?

http://bargen.es/asides/video-del-desalojo-de-la-manifestacion-de-paris-19j-19jmani/

Bueno, ya nos seguiremos haciendo esas preguntas mañana. Por lo menos hoy déjenme disfrutar del momento.

1-0


Empieza la semana, y empieza bien. Solidaridad 1 - Abuso de Poder 0. Enhorabuena a la gente que ha sido capaz de estar en la Cañada Real a las 7 de la mañana y ha conseguido paralizar el derribo de dos casas donde vivían personas, no dibujos animados. Salud a los que luchan. ¡Vamos!

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/20/madrid/1308561534.html

http://madrilonia.org/?p=3076

La policía, tortura y asesina

Si te lees este informe de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura en España, es posible que en la próxima manifestación, cuando escuches a alguien gritar eso de "La Policía, tortura y asesina", en vez de mirarle con espanto, chistarle y pedirle que se calle, quizá te des cuenta de que es mejor unirte a él, porque su grito no es irracional sino bien informado, no incita a la violencia sino a la reflexión, no convoca el miedo sino la solidaridad.

http://www.prevenciontortura.org/wp-content/uploads/2011/06/INFORME-2010.pdf

viernes, 17 de junio de 2011

El sol, las siglas y la caza de brujas

Hoy ya es viernes, 17 de junio de 2011, se cumple el vigésimo sexto día desde que estalló la Revolución de Madrid.

Los acontecimientos de hace dos días en la Ciutadella de Barcelona reproducen de nuevo la misma serie argumental que vivimos en Madrid la noche del 15 de mayo, la mañana después del desalojo, los primeros días de la semana del 30 de mayo al 5 de junio, y finalmente el sábado pasado después de la acción de boicot a la investidura de Gallardón en la Plaza de la Villa.

Los indignados se concentran pacíficamente, la policía carga, hiere y detiene a varios de ellos, los medios intentan marginar a los “insurrectos” y criminalizar la protesta, los políticos les secundan entusiasmados, las redes sociales comienzan a publicar documentos evidentes sobre la brutalidad policial o la presencia de agentes infiltrados que causan los principales actos de violencia, la gente se da cuenta, los medios se repliegan, los policías y quienes les ordenan retrasan el momento de la “carga final”, la caza de brujas que tanto están deseando tiene que aplazarse.

Nada nuevo bajo el Sol. Pero la cuerda se tensa.

En realidad, somos algo injustos al decir que la clase política de este país, y los poderes para quienes gobiernan, estén aplazando la caza de brujas contra los activistas del Movimiento 15-M. Que se lo pregunten a los tres chicos del colectivo Anonymous que fueron detenidos en sus casas de Gijón, Almería y Barcelona, y que se enfrentan a penas de tres años de cárcel. Que se lo digan a los tres militantes del PCPE víctimas de un montaje policial que tuvieron que comparecer anteayer en la Audiencia Nacional bajo la acusación de terrorismo. Que se lo cuenten a las tres personas arrestadas en Burgos, tiempo después de haber participado en la cacerolada contra la comitiva del alcalde Juan Carlos Aparicio. La clase política de este país y los oligarcas para quienes gobiernan ya hace días que se están defendiendo así de la guerra de guerrillas que, de forma cabezota y pacífica, ha ingeniado el Movimiento 15-M para ponerles contra las cuerdas. La estrategia de quienes nos gobiernan, visto que los porrazos y los pelotazos de goma ya no dejan del todo indiferente a la opinión pública, es la represión individualizada, particular y esporádica, transmitiendo la idea de que quienes la ejercen, igual que quienes la sufren, son simplemente fantasmas. Piensan que los asaltos de tricornios y pitufos en los domicilios de personas afines al Movimiento, y los paseíllos en medio de la noche hasta sus calabozos lúgubres o sus tribunales corruptos, serán ahora más efectivos para amedrentar a los rebeldes.

Y ya es hora de decir lo que es más triste: nuestros políticos y los empresarios para quienes gobiernan están empezando a pensar bien lo que hacen. Por fin, después de casi un mes de salidas de pata de banco, han dado en el clavo.

Porque el Movimiento 15-M, con su aversión telúrica a las siglas y a las organizaciones previas a su estallido, es posible que haya cometido un error de bulto consigo mismo. Las consecuencias para los individuos que se les han sumado pueden ser fatales. Nos hemos marchado de Sol y de otras muchas plazas de este país, sin dejar bien tupida una red de apoyo a las potenciales víctimas que, de forma aleatoria, irán cayendo a partir de ahora, presas de montajes policiales y trajines judiciales.

De eso hablábamos con Fernando (nombre ficticio) el domingo por la tarde, mientras desmontábamos el campamento en la Puerta del Sol. Él nos decía que en los primeros días de la ocupación de la plaza, mientras se formaban las comisiones de trabajo, se había intentado impulsar la creación de una Comisión de Defensa de Activistas en Peligro (no me acuerdo exactamente el nombre que él le dio), que al final no cuajó, mientras que sí se sacaron adelante comisiones como la de Espiritualidad o la de Pensamiento Abstracto. Es cierto que la Comisión Legal ha hecho un trabajo estupendo durante estos días en la superficie solar, con abogados siempre alerta por lo que pudiera pasarnos. Sin embargo, una vez levantado el campamento, y sin haber permitido que organizaciones con experiencia se fusionaran a cara descubierta en el Movimiento, Fernando y yo estamos de acuerdo en que el grado de indefensión de los militantes que ahora se mueven por los barrios es mucho más alto. Y es que Fernando es uno de los cuarenta valientes que estuvieron acampados en Sol desde la misma noche del 15 de mayo, y un firme defensor del sistema asambleario, que ha acabado triunfando como órgano de decisión, de convivencia, y hasta como herramienta de acción directa dentro del Movimiento. Ahora mismo, no tiene claro qué ocurriría con su vida si la Policía Nacional le fabricase una de sus famosas acusaciones falsas por pertenencia a banda armada, como les ha ocurrido a los chicos de Anonymous o a los comunistas asturianos. Sin embargo, yo creo que sí lo sé. Fernando es profesor de una universidad pública madrileña y desde bastante tiempo antes del 15-M militaba en el Sindicato de Enseñanza de la CGT. Además, colabora muy activamente con el colectivo Rompamos El Silencio, y con otro buen puñado de organizaciones. No se pierde una manifestación. Es bien conocido, querido y respetado por todo el mundo. Lleva maldurmiendo, no ya tres semanas, sino bastantes meses, entregado a una causa en la que cree firmemente. Ayer por la mañana no quería darnos las coordenadas de la concentración a la que iba a asistir por la tarde, porque en su teléfono se oían ruidos extraños y estaba convencido de que lo tenía pinchado.

De todas formas, y a pesar de sus miedos justificados, el día en que Fernando reciba en su casa la visita nocturna de una pareja de agentes del orden y se vea conducido a una comisaría, Fernando tendrá en pocas horas a su lado un abogado, experto en desmontar montajes policiales. Además, a la mañana siguiente, Fernando se sentirá acompañado por un buen grupo de militantes de las organizaciones con las que colabora, que se concentrarán a la puerta de la comisaría en la que probablemente lo estén humillando y torturando. Cuando escuche sus voces desde detrás de las rejas, Fernando levantará la cabeza. El día de la vista oral, sus familiares sabrán que Fernando no es un terrorista, ni un villano, sino un hombre que cree en la justicia social, un pacifista, un muchacho que, por principios, jamás será capaz de hacer un rasguño a otro ser humano. Todos nosotros sabremos que Fernando es un pequeño héroe y estaremos allí presentes para animarle.

Porque en la práctica, la realidad cruel que conocen los que ya llevan un tiempo en esto del activismo político es que un abogado experto que conoce la corrupción endémica de los cuerpos de seguridad y del aparato judicial de este país, puede salvar una vida llegado el momento de la detención de un activista. La realidad cruel es que un grupo de compañeros gritando a las puertas de una comisaría mientras un hombre justo es torturado de puertas adentro, puede salvar su vida.

Un entorno solidario y consciente de la brutalidad del sistema, es capaz de salvar la vida de quien tiene la mala suerte de estar en el lugar incorrecto en el momento menos adecuado. Y sinceramente todavía no puedo imaginarme a los ciberactivistas de Anonymous detenidos el otro día recibiendo la asistencia profesional de un letrado sin nombre, con traje pero sin cabeza, desactivando las mañas del comisario de turno. Más bien supongo que, a pesar del valiente ataque del colectivo Anonymous a la web de la Policía Nacional la noche siguiente a la detención de sus compañeros, los tres muchachos detenidos habrán pasado bastantes solos, y sin la compañía de buenas personas de carne y hueso, por el doloroso trance de ser presentados ante el mundo entero (incluidas sus madres y sus amigos del instituto) como terroristas relacionados con la ETA y Al-Qaeda.

En definitiva, creo que la reciente muerte de la joven Patricia Heras, víctima de un montaje de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana de Barcelona, nos debería haber hecho reflexionar más sobre este tema.

http://poetadifunta.blogspot.com/2009/01/4-f-sucesos-para-normales.html

En nuestra opinión, muchas de las personas que hoy se están plantando frente a los antidisturbios en las ciudades de España todavía tienen pendiente hacer ese simple ejercicio de reflexión. Se están exponiendo demasiado, se están quedando vendidas ante el primer uniformado fascista que se proponga arruinarles la vida. Si el día incorrecto en el lugar menos adecuado ese uniformado decide que no le gustan sus pintas, que le perturban sus voces, o le molesta su gesto de resistencia pacífica, su vida estará en serio riesgo. Y el problema empieza, aunque sea también doloroso reconocerlo, por la inocencia que muchos de esos jóvenes demuestran al confiar todavía en el mismo sistema que los amenaza de muerte.

Por poner un ejemplo, el pasado jueves, junto al Congreso de los Diputados, y con la retina todavía irritada por las imágenes de la brutalidad policial contra los compañeros de Valencia, muchos intentamos gritar lo que sabemos que es cierto: “La Policía, tortura y asesina”; “Cuerpos policiales, parásitos sociales”. Sin embargo, enseguida muchos de los allí reunidos nos chistaron, nos pidieron que nos calláramos, porque incitábamos, según ellos, a la violencia. Los cánticos que acabamos dirigiendo a los cientos de antidisturbios que nos cortaban el paso con sus cascos, sus pistolas H&K USP Compact, sus escopetas Franchi Modelo SPS 350 a las que se acoplan botes de gas lacrimógeno ATL, fueron bien distintos: “Vosotros también estáis hipotecados”, “Los maderos también sois obreros”, o “A vosotros también os han bajado el sueldo”. Incluso un muchacho de la Comisión de Alimentación ofreció su bocadillo de mortadela a uno de esos hombres desafiantes, que esperaba, atento a su piringanillo, la orden de sus superiores para agredirle. También hubo un momento en que un grupo de jóvenes abrieron efusivamente los brazos y ofrecieron a gritos un achuchón a los antidisturbios, que por su puesto permanecieron impasibles al ofrecimiento.

Yo no dudo de que, como estrategia de resistencia pacífica a la autoridad, en un momento de amenaza como el que se vivió aquella noche, la búsqueda de algún tipo de complicidad por parte de la policía pueda ser útil. Pero me preocupa mucho observar que bastantes de esas personas entregan de corazón su comida o sus abrazos a personas entrenadas para arruinarles la vida. Me asusta comprobar que muchos todavía no saben, por ejemplo, que acciones directas como la paralización de desahucios, en el momento en que se generalicen, pondrán en riesgo la supervivencia del sistema capitalista y serán respondidas a balazos por parte de quienes están al cargo de su pervivencia. Por eso, me parece crucial que nos paremos todos a pensar un poco antes de la manifestación hacia el Congreso del próximo domingo, que entendamos por la vía rápida que los cuerpos de seguridad de este país son los que más denuncias por torturas reciben (después de los griegos) en el territorio de la Unión Europea, y que, a pesar de eso, son los plusmarquistas europeos en la terrible especialidad de quedar impunes. Es imprescindible que la gente que se la está jugando en las calles estos días conozca la verdadera naturaleza del monstruo al que se está enfrentando: un Goliat que tiene, en vez de piernas, un aparato judicial que en el noventa y pico por ciento de los casos da la razón a los funcionarios implicados en denuncias por abuso de autoridad y torturas en dependencias policiales. La Policía Nacional española, para poder torturar, asesinar e irse de rositas, coloca de forma sistemática una contradenuncia por desacato a la autoridad y desórdenes públicos a quienes se atreven a denunciar en los tribunales tratos vejatorios sufridos en comisarías. Esas contradenuncias, redactadas a partir de plantillas genéricas previas, son aceptadas por la inmensísima mayoría de los jueces del Estado español como pruebas incriminatorias irrefutables contra los que han sufrido torturas y se han visto con fuerzas para denunciarlas. En realidad, es la historia reciente de esta España nuestra la que ha permitido que los que torturaban y asesinaban en los últimos años de la Dictadura sean los mismos (o en muchos casos los padres) de los que hoy nos apalean, nos cierran el paso por la fuerza al Congreso, al Parlament, al Palacio de la Villa, y luego nos juzgan por violentos. La policía y la Guardia Civil españolas, sí señor, torturan y asesinan, abusan premeditadamente de las personas a las que detienen y las enredan de forma sistemática en procesos judiciales que les conducen injustamente al pago de multas desorbitadas, a prisión y, muchas veces, a la degradación psicológica y a la muerte. El asesinato de la joven Patricia Heras en Barcelona nos debería haber hecho reflexionar más a todos al respecto.

Y por esa misma razón, por esa peligrosa inocencia que demuestran personas muy implicadas en el Movimiento 15-M, y que consiste en desconocer la impunidad de la que gozan en nuestro país los cuerpos de seguridad del Estado, la exclusión, casi por alergia, de cualquier sigla o nombre de asociaciones políticas y movimientos sociales previamente organizados, puede llevarnos a algunos de nosotros a la tortura, la cárcel y la muerte. Porque, por arte de esa inocencia que aún no sabe mirar a los ojos al monstruo, estamos dejando en una posición sumamente indefensa a muchos de nosotros, privándonos de la experiencia, asesoría y solidaridad que organizaciones políticas y sociales mucho más viejas podrían aportarnos cuando empiece la caza de brujas en Madrid.

Y cuando hablo de organizaciones, estén ustedes tranquilos, no estoy hablando de ningún partido, y mucho menos de Izquierda Unida. No voy a ser yo quien diga que el jarro de agua fría que recibió Cayo Lara el miércoles en Tetuán fuera un error táctico o un gesto de violencia. Al contrario, creo que recibió su merecido, y que es imprescindible que el jefe de Izquierda Unida sea consciente de que la gente del 15-M no es tonta, y sabe perfectamente que su partido político, cuando ha gobernado en sitios como Sevilla o el Principado de Asturias, ha echado encima de los que disentíamos de sus políticas especulativas y neoliberales a la misma jauría de perros guardianes que ahora sujetan Esperanza Aguirre o Rubalcaba. Que abandone el señor Cayo Lara esa organización que trabaja codo con codo con el sindicato traidor CCOO (el que defiende la actuación de los Mossos d’Esquadra en Barcelona, por ejemplo), y entonces le dejaremos pasar como individuo a nuestras concentraciones. Cuando lo haga y nos pida disculpas a los trabajadores agredidos en este país, entonces nos pensaremos nosotros si aceptamos su presencia a nuestro lado.

Pero respetemos a las organizaciones que sí llevan décadas trabajando limpiamente en Madrid por los mismos objetivos que ahora estamos asumiendo muchos de nosotros. Escuchemos a los colectivos que funcionan (oh, sorpresa) desde hace años con el mismo sistema asambleario, con rotación de cargos y sin venderse a ningún agente externo que quiera cooptarlos o embadurnarlos de dinero. Me refiero, en materia laboral, a sindicatos combativos como Solidaridad Obrera, CNT, o CGT; en materia de inmigración, a colectivos como Ferrocarril Clandestino o Brigadas Vecinales; en materia de vivienda, a la PAH o a las oficinas de ocupación de los centros sociales autogestionados; en materia de sanidad, al CAS; en materia medioambiental, a Ecologistas en Acción; en materia de educación, a las plataformas por la Escuela Pública; en materia de asociaciones de vecinos, a la FRAVM; en materia de comunicación, a la Red de Radios Libres; en la universidad, a las asociaciones estudiantiles autónomas. Etcétera, etcétera.

Resulta un poco triste en estos días acercarse a las sedes de esos colectivos y algunos más, y ver cómo, a regañadientes y entre suspiros, muchos de sus mejores activistas voluntarios se están quedando de brazos cruzados frente a los escritorios, hasta hace poco repletos de sueños y proyectos de cambio social definitivos. Se quejan muchos de ellos de que el Movimiento 15-M no les deja colaborar ni ofrecer su experiencia y asistencia en los ámbitos en los que son expertos. En el escenario que muchos de ellos han soñado durante años y años, la posición de estos colectivos se está volviendo de repente conservadora. Quieren (y es bien lógico) proteger el trabajo que han realizado durante años, al tiempo que desconfían, muchas veces por ignorancia o falta de compromiso, del viraje ciudadanista o reformista que puede realizar el Movimiento 15-M en cualquier momento. En el fondo, y aunque hayan colaborado a ratos en el Sol y en los barrios, los activistas de las organizaciones asamblearias que hemos mencionado, no han hecho el esfuerzo de conocer bien a los viejos nuevos ocupantes de las plazas de nuestros barrios. Se están olvidando, como se olvida el núcleo duro del Movimiento, de que la unión de las fuerzas, con banderas, siglas y lo que haga falta, nos llevará, si somos valientes, al éxito más rotundo. Mientras tanto, los proyectos que muchas de esas organizaciones tienen diseñados desde hace tiempo para organizar, por ejemplo, una verdadera huelga general, o una marcha definitiva contra los Centros de Internamiento de Extranjeros, o un protocolo final contra las redadas racistas, o una acción masiva contra los desahucios, o un movimiento sin vuelta de hoja contra las privatizaciones de los servicios públicos, se están quedando en los cajones de los viejos cuarteles generales, mientras las asambleas de barrio se enzarzan en discusiones interminables sobre organización y gestión de sí mismas, y el verano se nos echa encima.

Eso es un poco lo que está pasando en Madrid hoy día 17 de junio de 2011. Dentro de 48 horas, el domingo, en la capital del Reino habrá una multitudinaria marcha hacia el Congreso de los Diputados, que estará protegido por varias filas de cientos de policías antidisturbios armados con la última tecnología para arrebatarnos los sueños. Ojalá que no ocurra, pero quienes les dirigen podrán perfectamente darles la orden de cargar con todas esas armas contra los manifestantes, se muevan o se quieran quedar sentados. La convicción de que cualquier acción violenta quedará impune está de su parte.

Un porrazo en la cabeza puede provocar un derrame cerebral y causar la muerte. Un pelotazo de goma en un órgano vital puede provocar la muerte. Una “llave del sueño” sobre la arteria carótida de una persona que permanece sentada puede cortarle el riego al cerebro y causarle la muerte. En Túnez, en Egipto, en Marruecos, en Siria, en Irán, en Bahréin, en Yemen, en Grecia, cuando los indignados pusieron en riesgo el sistema que gobernaba sus vidas, los francotiradores les dispararon a la cabeza y los policías los apalearon hasta la muerte.

miércoles, 15 de junio de 2011

Los barrios sin Sol


Hoy es miércoles, 15 de junio de 2011. Hace tres semanas y media que comenzó la Revolución de Madrid.

La acampada de Sol se desmanteló el domingo pasado, dejando algunos campistas rezagados y un hermoso caballo de Troya hecho con palés, donde se seguirá guardando nuestra artillería de informaciones, nuestros sueños de asalto, nuestra capacidad de sorpresa. Aquel que pretenda retirarlo por la fuerza de la superficie solar se encontrará en pocas horas la visita de una legión de indignados.

En los barrios, la revolución sigue en marcha, y la desaparición de la Acampada de Sol, con su potencia cegadora, clarifica las ideas. Las asambleas autónomas de los distritos y municipios de Madrid, al contacto con los problemas reales de sus vecinos, están experimentando un claro proceso de pragmatización, perfectamente observable en las dos sesiones y media que la mayoría de ellas han celebrado (el sábado 28 de mayo a las 12:00, el sábado 4 de junio y el sábado 11, truncada por la petición de solidaridad con la acción de boicot a la investidura de la nueva corporación municipal en la Plaza de la Villa).

Hay cuatro ejes fundamentales en torno a los cuales, de momento, las asambleas populares de los barrios de Madrid están estableciendo su atención de forma prioritaria: la paralización de los desahucios, el bloqueo de las redadas racistas, la lucha activa contra los procesos de privatización de servicios públicos y el enfrentamiento directo con los recortes en los derechos laborales. Una convicción articula estos cuatro ejes: que la acción directa pacífica es el mejor camino para llevarlos a buen puerto.

Por lo que respecta a la paralización de los desahucios, esta mañana se ha producido una noticia espléndida. La Asamblea Popular del Barrio de Tetuán, en colaboración con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, acaba de conseguir que Anwar, Tatiana y su hija de 15 años sigan viviendo por un tiempo en su casa de la calle Naranjo. Es el primer desahucio paralizado en Madrid, después del buen puñado de ellos cosechado en la región de Murcia y en Cataluña. Desde las 9.30 de la mañana, un montón de vecinos se plantaron en la puerta del inmueble, hasta que la comisión judicial encargada de poner a Anwar, Tatiana y su hija de patitas en la calle, siguiendo las órdenes del magistrado de turno, decidió que era mejor aplazar la comisión de dicho atentado y no enfrentarse así al grupo de solidarios pacíficos, que hacia las 12 del mediodía llegó a alcanzar las mil unidades. A partir de ahora, se generará una nueva orden de desalojo, lo que, según están las cosas en la justicia madrileña, puede llegar a tardar hasta nueve meses. No en vano, desde el pasado 1 de junio los abogados del turno de oficio de la Comunidad de Madrid están en huelga para reclamar sus sueldos atrasados, no cubriendo la asistencia en contenciosos de tipo “administrativo” (donde no hay presos o detenidos), como son estos litigios relacionados con desalojos forzados de personas que no pueden afrontar los pagos de las cuotas de sus hipotecas o las mensualidades de sus alquileres. La oficina del BBVA en el barrio de Tetuán que concedió, en condiciones claramente abusivas y fraudulentas, el crédito hipotecario a Anwar y su familia, ha tenido que cerrar también antes de tiempo esta mañana ante la protesta que un buen número de vecinos protagonizó a sus puertas.

En cuanto al bloqueo de los controles por perfil étnico que a diario realiza la Policía Nacional en bocas de metro, intercambiadores, locutorios, albergues, comedores sociales, etc., varias comisiones de trabajo en los barrios de Madrid están avanzando a marchas forzadas. En algunos distritos, como el de Carabanchel, ya se ha conseguido paralizar una redada: fue el pasado sábado 4 de junio por la tarde, mediante una acción colectiva espontánea que consistió en acercarse con las manos en alto a los funcionarios que se disponían a secuestrar a tres de sus vecinos y gritarles al unísono que ningún ser humano es ilegal. Además, la Asamblea de ese barrio obrero de Madrid ha consensuado que, si se vuelve a tener constancia de que se está cometiendo una redada racista en su barrio durante futuras asambleas generales o incluso mientras esté reunido alguno de los grupos de trabajo, los allí presentes volverán a ponerse en pie de paz para detenerla.

Por otra parte, en el barrio de Guindalera, el pasado sábado por la mañana, también hubo una marcha para parar una redada policial contra vecinos suyos con aspecto de extranjeros. Les faltó un poco de coordinación. Cuando llegaron al lugar donde se estuvo perpetrando el control racista, los racistas controladores ya no estaban. Sospechan que los policías municipales que vigilaban su asamblea desde el principio dieron el chivatazo a los nacionales en cuanto les vieron moverse, evitando el consiguiente sonrojo de sus compañeros y una pequeña victoria más para el Movimiento.

En definitiva, creemos que es sólo cuestión de tiempo que las asambleas de los barrios de Madrid logren articular mecanismos eficaces para defender a sus vecinos migrantes pobres (a los extranjeros que tienen pinta de pudientes nunca les paran) de este tipo de prácticas policiales indignas e ilegales. Los controles racistas y las redadas se acabarán tan pronto como el enfrentamiento directo con la policía en defensa de la legislación vigente y los derechos humanos fundamentales se convierta en un hábito de costumbre entre los vecinos de Madrid. Otra cosa es que el ministro del Interior, que a día de hoy todavía niega la existencia de dichas prácticas policiales, sea juzgado y condenado por lo que es: el cabecilla de una organización armada que se dedica al secuestro y tortura de personas, seleccionadas según el color de su piel y el precio de su vestimenta.

En tercer lugar, el combate a las políticas privatizadoras de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid ha tomado cuerpo hasta el momento en dos acciones concretas, que auguran muchas más. Una fue la intervención exitosa frente a la orden de desalojo de los ocupantes (principalmente padres de chicos discapacitados) del antiguo Centro Ocupacional Magerit, organizada el pasado miércoles por la Asamblea Popular de Carabanchel, bendito barrio. La otra fue la manifestación que la Asamblea de Arganzuela, con la colaboración de la Coordinadora Anti-privatización de la Sanidad (CAS), convocó el jueves pasado a las puertas del Centro de Salud de Pontones, antiguo espacio que acogía a los equipos de Atención Primaria del Área 11 de la Comunidad de Madrid y que se ha reconvertido desde hace unos meses en Centro de Especialidades Periféricas gestionado por empresas privadas.

Por último, en Madrid hubo la semana pasada dos importantísimas concentraciones en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, que servirán de baliza para la macromanifestación del próximo domingo 19. La primera de esas concentraciones, organizada desde la Asamblea de Lavapiés, sentó junto al Congreso a unas ochocientas personas. Fue el miércoles día 8 entre las 7 de la tarde y las 2 de la mañana, con fortísima presencia policial, y en protesta contra la nueva Reforma de la Negociación Colectiva que se iba a aprobar por decretazo dos días después. La segunda fue el jueves 9 de junio, en horario parecido, y con un motivo añadido: la solidaridad con los compañeros agredidos esa misma mañana en la ciudad de Valencia. La aprobación de la nueva Reforma de la Negociación Colectiva transmitía un mensaje claro por parte del actual gobierno: nos importa un rábano lo que diga la gente en las calles, nosotros vamos a seguir acabando con los derechos conquistados por los trabajadores de este país durante décadas de lucha, porque así nos lo dictan quienes verdaderamente mandan, que son los bancos, las instituciones financieras internacionales, las multinacionales.

Ante ese desafío, la reacción del pueblo de Madrid ha sido contundente y por lo menos ha conseguido ya dos cosas muy importantes: apropiarse de forma simbólica de un espacio al lado del Congreso por el que, hace un mes, ni se podía pasar sin que, con tanta cámara, tanto policía y tanto guardián armado, le temblaran a uno las rodillas de miedo; y desactivar la actitud perversa que desde hace años los sindicatos del poder, CCOO y UGT, en connivencia con sus amigos patrones, banqueros y gobernantes, se han afanado en transmitir a los trabajadores de este país: contra las leyes antisociales no se puede hacer nada, de nada sirve manifestarse antes de que te den la puñalada trapera, si hacemos una huelga o convocamos una manifestación, que sea de mentirijillas, que el pueblo no se dé cuenta del poder que tiene su voz en las calles.

En esa misma línea, unas horas antes de que el Consejo de Ministros diese el visto bueno a la Reforma de la Negociación Colectiva, la Asamblea de Sol organizó una ocupación simbólica de la sede de la CEOE, y después de un par de horas convocó una manifestación frente al Ministerio de Trabajo. El decretazo con la nueva Reforma Laboral se pasó de todas formas, pero el pueblo trabajador de Madrid ya ha comprendido que el único camino que tiene es la lucha, y que ninguna agresión debe quedarse, a partir de ahora, sin respuesta.

De hecho, esa respuesta la conocieron los políticos madrileños pocas horas más tarde. La misma mañana del sábado, miles de personas se acercaron a la Plaza de la Villa con motivo de la investidura de la nueva corporación municipal. El alcalde, los concejales y los demás “servidores” públicos del municipio tuvieron que celebrar la investidura de su alcalde con banda sonora de cacerolas, y sólo pudieron salir del Palacio de la Villa después de que los antidisturbios de la Policía Nacional levantasen uno por uno y a base de puñetazos, patadas, amagos de asfixia y arrastrones por el suelo a los cientos de manifestantes que nos organizamos para cerrarles la salida. El aperitivo que tenían previsto tomarse en el antiguo edificio de Correos debieron de cambiarlo por una frugal merienda en otro lugar más tranquilo, porque la plaza de Cibeles fue cortada al tráfico por manifestantes durante más de tres horas, y una impresionante cadena humana impidió el paso de cualquier vehículo al lugar del ágape desde la Gran Vía, Recoletos, o la calle de Atocha.

Ante esos pequeños incendios de esperanza que las asambleas de los barrios de Madrid están prendiendo en diferentes puntos de la capital del Reino, el gobierno central ha ofrecido ya un par de muestras de repliegue táctico, dos curisoso amagos de reformas apagafuegos. A través de su boletín oficial, que es el Diario El País, el gobierno ha difundido dos titulares de portada consecutivos: el primero anteayer sugiriendo que la cúpula del PSOE estaba de acuerdo en un adelanto de las elecciones generales, y otro ayer planteando en boca del ministro de Trabajo la posibilidad de subir, si acaso es que sobra el dinero a finales del próximo año, un incremento significativo del salario mínimo interprofesional.

Como si el pueblo de este país fuera todavía idiota. Como si no fuéramos a darnos cuenta de que esos no son manguerazos, sino cortinas de humo. La verdadera estrategia que tiene diseñada el Gobierno para apagar la rebelión de Madrid es bien distinta, y consiste en una caza de brujas sistemática, indiscriminada y por sorteo, como en los viejos tiempos, contra toda persona viviente que haya participado en las movilizaciones del 15-M. Esa caza de brujas se llevará a cabo, ténganlo ustedes por seguro, tan pronto como el Movimiento empiece a tocar las líneas de flotación del sistema. De momento, ya hemos tenido un par de ejemplos.

Hace unos días la Policía Nacional sacó a punta de pistola de sus camas, al más puro estilo de las dictaduras del Cono Sur, a tres internautas de los miles que hemos efectuado ataques de denegación de servicio contra páginas web de partidos políticos que nos coartan nuestra libertad, contra instituciones públicas que nos violentan, o contra gobiernos dictatoriales del Norte de África y Oriente Medio que matan a sus ciudadanos en las calles mientras nuestros gobernantes les suministran las armas para hacerlo. A los chicos de Anonymous detenidos se les presentó ante los medios de comunicación como integrantes de una banda terrorista internacional, en un gesto que parecería de Mortadelo y Filemón si no fuera a acabar con condenas contra ellos de hasta tres años de cárcel.

Ayer por la tarde dos militantes del Partido Comunista de los Pueblos de España fueron detenidos en Candás, Asturias, acusados de pertenencia a banda armada y actos de terrorismo que sólo ocurrieron en la mente del inspector jefe de la Comisaría de Gijón donde están retenidos, por orden de sus superiores en Madrid.

He aquí la verdadera estrategia del gobierno y los poderes fácticos españoles para silenciar a las multitudes, cada vez más grandes, que han decidido no callarse más ante sus abusos.

Pero de eso hablaremos, si nos dejan, mañana. Ahora nos vamos a la concentración de apoyo a los indignados griegos en la puerta de la Embajada de Grecia en Madrid. Los que allí están ahora ya nos están avisando de que la policía los ha identificado y los está amenazando por ejercer su derecho a manifestarse. Nos da lo mismo. Es imprescindible que nuestros compañeros en Grecia sepan que aquí en Madrid los estamos mirando. En realidad, estamos convencidos que eesde la Plaza de Syntagma en Grecia nos mostrarán esta tarde el camino de lo que debemos y no debemos hacer aquí en Madrid el próximo domingo.

Que tenga el pueblo griego mucha salud.

viernes, 10 de junio de 2011

Empieza la caza de brujas


Empieza la caza de brujas contra la gente del 15-M, al más puro estilo de las dictaduras del Cono Sur. Esta mañana tres chicos de Anonymous han sido detenidos en sus casas y las agencias presentan la noticia como si fueran una banda de narcotraficantes: "Desarticulada la cúpula de los piratas informáticos 'Anonymous' en España". Es muy urgente que salgas ahora a la calle y luches porque este sistema cambie. Si no, dentro de poco tendrás a la policía sacándote de la cama a punta de pistola.

http://www.efeamerica.com/166_ultima-hora/1156326_desarticulada-la-cupula-de-los-piratas-informaticos-anonymous-en-espana.html

lunes, 6 de junio de 2011

El Sol radiante


Hoy es lunes 6 de junio de 2011, decimoquinto día de la Revolución de Madrid.

La Acampada de Sol continúa. La campaña de estigmatización de los que duermen allí, lanzada por los medios de comunicación masivos desde principios de la semana pasada, y agudizada a raíz de una falsa denuncia de violación aireada a bombo y platillo el pasado jueves, ha fracasado con estrépito. La estrategia diseñada desde los poderes fácticos de volver a separar a los manifestantes buenos de los "insurrectos" se estrelló, durante el fin de semana, con la aparición sobre la superficie solar de un buen número de delegados procedentes de otras ciudades del Estado Español (Encuentro Interacampadas), que enriquecieron los debates con sus experiencias y aportaron una nueva perspectiva hacia el desenlace de la ocupación de la Plaza. En consecuencia, las asambleas generales del fin de semana fueron todo un éxito de participación y los debates ideológicos recuperaron el terreno perdido frente a las cuestiones organizativas y de infraestructuras. Los que intentaban dinamitar el Movimiento desde dentro (periodistas, policías infiltrados, etc.) han quedado en evidencia ante el hecho de que, por muchas desavenencias que puedan surgir en el núcleo fuerte que aún pernocta en Sol, el sentimiento de unidad frente al enemigo común (ése que acecha con sus porras y sus escopetas en los alrededores de la plaza ocupada) es demasiado fuerte como para pensar que la acampada se vaya a desintegrar por sí sola.

Así pues, con sus verdades como puños y sus paradojas, con sus comisiones sólidas y etéreas, con sus filtros y sus torrentes, con sus vetos y sin votos, la Acampada de Sol sigue. Y lo que nos parece más importante, a mucha de la gente que estuvo allí desde un principio y que hace bastantes días decidió centrarse más en el trabajo de los barrios, la discusión sobre quedarse o no quedarse en Sol cada vez le ocupa menos tiempo. Los que allí duermen saben que los que ya han emprendido el repliegue hacia el extrarradio les protegerán el día que quieran desalojarlos por la fuerza. A su vez, los que ya se han replegado saben perfectamente que los que permanecen en el Sol entienden su gesto, comprenden que lo que tienen entre manos en los barrios requiere demasiado esfuerzo como para seguir sacrificándose en las tareas de organización de la Ciudad Sol.

Ese pacto tácito no está firmado en ninguna acta. No lo busquen los periodistas ni los policías. Lo han hecho los indignados mirándose a los ojos.

Mientras tanto, las asambleas del sábado a mediodía en las plazas de todos los barrios y municipios de Madrid volvieron a poner de manifiesto la buena salud del Movimiento, y la total determinación de sus gentes para llevar a cabo acciones concretas de movilización pacífica que visibilicen y neutralicen, en la medida de lo posible, los ataques que contra nuestros vecinos ejecutan a diario el Estado y el Capital. A ese respecto, ya están conformadas, en la mayoría de las asambleas populares de barrio, grupos de trabajo y comisiones de Acción que planteen actuaciones concretas contra desahucios, redadas racistas, expedientes de regulación de empleo, próximas privatizaciones, etc.

El tránsito natural desde la movilización masiva de la semana del 15-M hacia pequeñas demostraciones de fuerza en ámbitos de actuación concretos se está realizando de forma certera y poco dramática. El proceso fluye espontáneamente para los "indignados" y con sobresalto para los que se encargan de mantener el orden establecido, que ya se levantan cada mañana con la preocupación de adivinar dónde les saltará la liebre de lo que ellos se empeñan en llamar "la insurrección".

En ese sentido, nos gustaría hacer aquí un breve repaso a las acciones directas llevadas a cabo en Madrid desde el pasado lunes 30 de mayo, y de las que quizá no hayan podido enterarse por los medios de comunicación habituales:

- Lunes 30 de mayo. Boicot a la visita de Emilio Botín a la Universidad Carlos III de Madrid.
El rector de dicha universidad pública, Daniel Peña, tenía previsto reunirse en el Paraninfo del Campus de Getafe con el señor Emilio Botín, para renovar un convenio con el Banco Santander por otros cuatro años, con un presupuesto de 1.200.000 euros anuales. 15 minutos antes de comenzar el acto, un grupo de unos cien jóvenes se presentó en la puerta del edificio del Rectorado al grito de "fuera los bancos de la Universidad". Consiguió romper la barrera de seguridad, se metió en el excelente recinto, y anduvo persiguiendo por los pasillos a los artífices de su desdicha con unas hermosas tarjetas rojas, pancartas y megáfonos bien afinados. El señor Botín abandonó el edificio por la puerta de atrás y los invitados al vino español de después, tuvieron que sustituirlo por la escucha resignada de unas buena colección de consignas y la lectura de unos severos panfletos en los que se denunciaba el proceso de mercantilización de la universidad pública española y se acusaba al Banco de Santander de la ejecución sistemática de desahucios, la fuga de capitales a paraísos fiscales, y la financiación de empresas de armamento, entre otras cosas.

- Jueves 2 de junio. César Alierta, presidente ejecutivo de Telefónica, tenía intención de visitar la sede de la UNED en Madrid con motivo de una jornada organizada desde la Cátedra UNED-Telefónica de Responsabilidad Social Corporativa. La sección sindical de la Confederación Nacional del Trabajo en esa universidad pública organizó un piquete a la puerta de la Facultad de Ciencias Políticas desde las 8.30 de la mañana, informando a los asistentes de cosas como: la imputación y absolución por prescripción de delito del señor Alierta en el Caso Tabacalera y su participación en diversos procesos de privatización de empresas públicas, con sus consiguientes despidos masivos de personal; la explotación salvaje que promueve la compañía Telefónica y filiales suyas como Atento aquí en España (ha destruido más de la mitad de su plantilla en los últimos 4 años) y en el extranjero (explota a trabajadores en países como Marruecos o Perú pagándoles 220 euros al mes con jornadas de hasta 50 horas semanales); la hipocresía de trasladar a una universidad pública el concepto de "responsabilidad social corporativa" con el patrocinio de una empresa que está preparando en estos días el despido de 8.500 trabajadores; la campaña "Esto lo arreglamos entre todos", en la que participa Javier Gómez-Navarro Navarrete, miembro del Consejo Social de la UNED, y sus amigos de Telefónica, por la que se pretende transmitir a los trabajadores la idea de que deben apretarse el cinturón y socializar así las pérdidas generadas por los que causaron la crisis económica; quién es Isidro Fainé, vicepresidente de Telefónica y presidente de La Caixa, del Club de Roma en España y de la Patronal de las Cajas de Ahorros, entidades financieras que han sido rescatadas con préstamos y subastas de miles de millones de euros de dinero público (FAAF y FROB), etc. El señor César Alierta, al que debieron de informar de la presencia de "alborotadores" llenos de datos que echarle a la cara, prefirió mantenerse a distancia prudencial de la Universidad Nacional de Educación y no apareció finalmente en el evento.

- Viernes 3 de junio. El nuevo rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo, se preparaba para la ceremonia de su investidura, recibiendo en la puerta del Paraninfo a personalidades como Esperanza Aguirre, Cándido Méndez, Fernández Toxo, Tomás Gómez, Gaspar Llamazares y demás familia. Un grupo de becarios de la Universidad le salió al encuentro con un ruidoso piquete en el que explicaban las condiciones de precariedad en las que hacían su trabajo encubierto, le rebozaron los 450 euros de mierda que cobran al mes y le dijeron que, o les daba unas condiciones de trabajo dignas, o le declararían la guerra.

- Sábado 4 de junio. En uno de los centros comerciales de mayor afluencia de Parla, se celebró durante el fin de semana una feria inmobiliaria en la que se vendían, a precios de oferta, pisos arrebatados a sus dueños por entidades financieras como el BBVA, el Banco Santander, Caja Madrid, etc. La Comisión de Política a Largo Plazo de la Asamblea de Sol decidió hacer acto de presencia en dicha feria la tarde del sábado, y estropear el negocio a la empresa Mister House, mediadora entre los usureros y los futuros compradores. A pesar de la fuerte presencia policial, unos cincuenta jóvenes lograron introducirse en las colas de información de los "stands" de la promotora, colapsándolas durante las tres horas (desde las 5.30 hasta las 8.30) en que esperaban hacer su agosto.

- Sábado 4 de junio. Paralización de una redada racista de la Policía Nacional. La Asamblea Popular del Barrio de Carabanchel se constituyó el sábado por la tarde en una plaza contigua a la parada de metro de Oporto, uno de los puntos donde la población migrante de la zona sufre el acoso policial varias veces al día, según han denunciado reiteradamente colectivos como Ferrocarril Clandestino o las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos. Durante la asamblea se consensuó que, en el caso poco improbable de que se produjera una redada racista en las inmediaciones, los asambleístas acudirían a evitarla. En efecto, poco después de finalizar la asamblea, y estando todavía unos 100 personas en el lugar donde se había celebrado, alguien gritó: “¡Hay una redada en el metro!”. Inmediatamente un grupo de unas 80 personas se dirigió a la estación al grito de "¡ningún ser humano es ilegal!". Allí había dos policías nacionales, un hombre y una mujer, realizando su indigno trabajo de seleccionar a gente por el color de su piel. En el momento en que los vecinos llegaron al lugar, tres personas de origen dominicano estaban siendo retenidas. Los policías estaban decidiendo entre ellos si los dejaban en paz o los secuestraban por haber cometido la falta administrativa de no tener los papeles en regla. En cuanto vieron al grupo de valientes indignados que se les acercaban, abandonaron el lugar. Dicen los que allí estuvieron que llevaban la cabeza gacha, esperemos que fuera reflexionando. El Grupo de Trabajo Antirredadas que se va a conformar en estos días en torno a la Asamblea de Carabanchel ya conoce el camino para lograr su objetivo. Es la lucha. Y es el único que hay.

Para los próximos días ya hay convocadas, que sepamos, dos acciones significativas. La paralización de un desahucio en el barrio de Tetuán el miércoles 15 por la mañana, y una concentración contra la Reforma de la Negociación Colectiva en las proximidades del Congreso el miércoles 8 de junio a las 7 de la tarde.

Ahora mismo está lloviendo a mares en Madrid. Hay tormentas con aparato eléctrico cayendo sobre la superficie del Sol. Cuando escampe, los relámpagos se seguirán reproduciendo.

domingo, 5 de junio de 2011

A legislar

Enhorabuena a los portugueses que no han ido a votar hoy. Son el 41,30% de los 7.668.034 mayores de edad en ese país. O sea, 3 millones y medio de personas, de lejos la fuerza política más importante del país, 17 puntos porcentuales por encima del supuesto ganador de las elecciones: el PPD/PSD. Dentro de poco, mucha de esa gente volverá a estar en las calles gritando: haz el favor de escucharles.

http://www.legislativas2011.mj.pt/index.html

viernes, 3 de junio de 2011

El País prepara el terreno para un desalojo sangriento de Sol

Hoy es viernes, 3 de junio de 2011. Es el duodécimo día de la Revolución de Madrid.

Las distintas asambleas de la Plaza Liberada de Sol continuaron ayer con sus debates acerca de si levantar o no el campamento. Hay argumentos fuertes a favor de ambas posturas, y soluciones intermedias bien elaboradas e inteligentes. La discusión es sana y productiva. El asunto, al ser crucial, genera disensos.

Mientras tanto, el redactor de El País Daniel Borasteros, reproduce hoy en su diario la voz de sus amos. En un perverso artículo titulado "Los pragmáticos no pueden con Sol" sienta las bases para una inminente intervención violenta por parte de los antidisturbios, en consonancia con los llamamientos explícitos a la represión dirigidos de forma reiterada por el consejero de Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, a su homólogo en el Estado Español, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Queremos aprovechar este espacio que nos brinda la web de contrainformación Rebelion.org para solicitar de sus lectores un análisis crítico de dicho artículo, porque entendemos que de ello puede depender el futuro y la integridad física de nuestros compañeros acampados en la Plaza de Sol.

http://www.elpais.com/articulo/madrid/pragmaticos/pueden/Sol/elpepuespmad/20110603elpmad_1/Tes

Desde nuestro punto de vista, ese artículo publicado hoy en la edición de Madrid de El País puede tener consecuencias muy graves para las personas que ahora mismo se encuentran en la Plaza de Sol. El objetivo que nos parece descubrir detrás de dicho texto es el mismo que, sin excepción, hicieron suyo los medios de comunicación masivos la noche del 15-M y la mañana siguiente: discriminar a los indignados buenos de los malos, señalar con el dedo a quienes Daniel Borasteros, citando a sus omnímodas "fuentes policiales", llama hoy abiertamente "radicales" e "insurrectos". Para el periodista, los que ahora quieren quedarse en Sol y se dedican a "boicotear cualquier intento de avance en el desmantelamiento del campamento" merecen ese calificativo, y por eso la Policía ya "ha identificado" a 50 de ellos en medio de las asambleas. En vez de preguntarse qué demonios pinta la Policía identificando a gente en mitad de asambleas populares donde se discute sobre cómo procurar a la sociedad un futuro mejor, el señor Borasteros está justificando ante "la opinión pública" que en las próximas horas las UIP vuelvan a apalear, torturar y procesar a personas pacíficas, arruinándoles para siempre la vida con nuevos cargos por resistencia, desórdenes públicos y desacato a la autoridad.

Veamos la declaración de principios con la que el señor Borasteros comienza su obra maestra:
Los acampados en Sol, el movimiento de ciudadanos indignados que lleva casi tres semanas ocupando el centro de la ciudad, pierde consenso. Pierde apoyos, pierde gente. Gana problemas, discusiones.
Habría que recordarle a ese periodista que el movimiento de los ciudadanos indignados lo que lleva haciendo casi tres semanas en el centro de la ciudad de Madrid no es ocupar ni estorbar, sino liberar un espacio público, vaciarlo de sus habituales contenidos de violencia publicitaria e individualismo cruel para que, como bien decía Santiago Alba en su crónica de ayer, se convierta en "el primer asentamiento de la civilización" después de muchísimos años de capitalismo salvaje y barbarie disfrazada de democracia. Ese lugar civilizado se caracteriza, antes que ninguna otra cosa, por ser un foro constante de discusión y debate, así que si el centro de la ciudad "gana en discusiones", como él dice, eso es simple y llanamente porque el Movimiento en sí también está creciendo y no "pierde apoyos ni gente", que es lo que a él y a sus amos les gustaría.

Asimismo, habría que recordarle al señor Borasteros que, si el Movimiento de Sol llegara a perder apoyos y gente en algún momento, eso no sería por el abnegado impulso integrador y discutidor de los que allí trabajan y viven, sino por la incansable labor de redactores como él, a los que sus amos han encargado desde el primer día la inmoral tarea de dinamitar nuestro gesto fundacional y atentar contra las vidas de algunos de nosotros. Sus amos juegan con la ventaja de toda una maquinaria de propaganda engrasada durante décadas de dictadura, cuentan con millonarias tiradas y con la luz cegadora de cientos de miles de televisores prendidos. Y lo que nos parece mucho peor todavía: cuentan con la inestimable ayuda de una plantilla de trabajadores malpagados y precarios, todo un batallón de redactores, editores y plumillas, que de tanto sufrir la violencia de sus patrones, acaban proyectándola sobre los que están abajo. Uno de ellos, el señor Borasteros, incapaz de "debatir" lo más mínimo con quienes le subyugan y esclavizan a diario, ha decidido no enfrentarlos con la palabra y dirigir su frustración contra los que están debajo de él, los que duermen en la plaza de Sol. El señor Borasteros nos parece un cobarde y un abusón, dos atributos que van siempre de la mano en las personas que sufren violencia y no son capaces de canalizar su odio sobre quienes la ejercen efectivamente. Si en las próximas horas se efectúa el desalojo y hay heridos, nosotros con este artículo nos proponemos que el señor Borasteros no pueda dormir en su cama de Ikea tranquilo.

Es cierto que los acampados cada vez tienen más "problemas", señor Borasteros. ¡Cómo no los van a tener! Están combatiendo a un monstruo que lleva décadas adormeciendo a la gente del primer mundo y pasando a cuchillo impunemente a millones de seres humanos en los países pobres. Estamos enfrentándonos desde hace tres semanas a la amenaza de un bicho que cuenta, sólo aquí en Madrid, con cientos de pistolas H&K USP Compact, subfusiles Z-70, escopetas Franchi Modelo SPS 350 a las que se acoplan botes de gas lacrimógeno ATL, rifles Mauser 66 SP y fusiles de asalto MP5 modelo A4, además de todas las furgonetas, coches patrulla y helicópteros que quieran para mover de un sitio a otro su armamento y repartirlo entre sus mercenarios. El artículo de usted, señor Borasteros, está azuzando al perro policía para que haga uso de esos artilugios con que se adorna hasta los dientes y los dirija contra nosotros, contra nuestras vidas, mientras sus lectores lo justifican con indolencia.

Porque el señor Borasteros, por orden de sus amos, habla en su artículo de hoy de la "inseguridad" que padecen quienes allí duermen, de "agresiones sexuales e intimidatorias" ocurridas en el campamento, de las "desavenencias agrias y frecuentes" que tenemos entre nosotros. No habla, en cambio, del comunicado emitido hace dos días por Cáritas Madrid, avisando de que los usuarios de sus comedores diurnos se acercan todas las noches a la Plaza de Sol para procurarse un último bocadillo o un plato caliente. No habla, tampoco, de que muchos de esos indigentes madrileños fueron desahuciados de sus casas por los mismos banqueros que financian y sostienen su periódico, y que todos ellos acumulan un deterioro físico y psicológico, fruto de la lucha por la supervivencia en las calles durante largos períodos de tiempo, que puede desembocar en conflictos con los acampados e incluso agresiones físicas. Tampoco entrevista el señor Borasteros a ninguno de los vagabundos que prefieren dormir en el Sol antes que acabar con sus huesos en un albergue municipal. Si lo hiciera, tendría que hablar entonces de la disciplina militar impuesta a los indigentes por las subcontratas que se encargan de gestionar esos albergues en la Comunidad de Madrid y de las condiciones penosas en las que se encuentran, tanto su personal como sus infraestructuras.

Tampoco le dejan al señor Borasteros sus amos, y eso que todo el mundo lo sabe ya en el Campamento, hablar de los pequeños traficantes de drogas y profesionales del robo a pequeña escala, que todas las madrugadas se meten en el Campamento de Sol para dedicarse a sus menudeos y cometer sus hurtos. Muchos de ellos, los mismos que salen milagrososamente indemnes de todas las operaciones de la Brigada Antinarcóticos de Madrid, son informantes de la Policía, y reciben privilegios, indultos y dinero contante y sonante por infiltrarse ahora cada noche en la Plaza de Sol, atrayendo con ellos a un buen número de toxicómanos. Estos consumen sus dosis en las proximidades de la plaza, y en algunas ocasiones, en medio de su síndrome de abstinencia o por causa de la confusión de sus inyecciones de heroína, causan conflictos graves con los acampados.

No habla el señor Borasteros, tampoco, de la agresión y la intimidación que supone para los acampados la presencia constante de policías secretas, que se pasean entre las tiendas con sus riñoneras y mochilas negras, llenas de armas diseñadas para matar personas. Ni de los efectivos policiales que noche y día están apostados en todas las calles de los alrededores, esperando la orden de sus amos (los de usted, señor Borasteros), para venir a rompernos el cráneo y limpiar con disolventes la sangre que derramemos. Tampoco le parece oportuno mencionar que las patrullas de Policía Nacional que se encuentran, con sus armas y sus "lecheras", frente a la Sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid en Sol, se dedican (yo ya lo he visto varias veces, y no me paga nadie por contarlo) a proferir lindezas a las chicas que pasan por delante, reproduciendo el discurso patriarcal ("ese culito") y machirulo ("te voy a dar tu merecido") que luego les autorizará, el día que reciban la orden de sus amos (los de usted, señor Borasteros), a partirnos el cráneo y limpiar con disolvente nuestra sangre.

Piense el señor Borasteros, y no se lo diga si quiere a sus amos, que nosotros no conocemos a esas personas que cargan armas por nuestros pasillos, en nuestros perímetros, que nunca hemos podido ni siquiera tener una agria discusión con ellos, ni saber de qué pie cojean. Hágase a la idea de los "problemas" que nos ganamos a diario por ese simple hecho que usted calla.

Y es que el señor Borasteros, en cambio, prefiere hacer previsiones agoreras sobre lo que pasará el día en que nuestro Movimiento "pierda el favor de la opinión pública." Como si él no llevara el estandarte de esa "opinión pública" y estuviese haciendo todo lo posible para desacreditarnos. También prefiere el señor Borasteros, vaya sagacidad la suya, hablar de nuestro "ralentizador sistema asambleario que eterniza cualquier debate." ¿Qué nos está sugeriendo? ¿Que adoptemos el sistema por el que usted se rige en su trabajo? En verdad es mucho más eficiente y rápido, y genera un montón menos de "problemas": ir a la redacción de El País por la mañana, recibir las órdenes de su redactor jefe, pasarse un rato por la Acampada, y luego volver por la tarde a su local de trabajo, entregar una crónica de mierda a sus amos, para que quiten y pongan lo que les parezca más conveniente. No nos gusta su sistema, señor Borasteros, pero le felicitamos igualmente. Que disfrute mucho del tiempo libre que a los pobres muchachos que están acampados les falta. Vea mucho la tele y saque a pasear su perro, si es que lo tiene. Y no se olvide de ingresar los dineros que sus amos le dan todos los meses y transferirlos casi íntegramente a la cuenta donde está domiciliada su hipoteca. Que ya dentro de poco será día 5 y le pueden aplicar algún recargo.

Y si tiene algo de corazón, léase este ensayo de uno de esos elementos radicales e insurrectos cuyo linchamiento usted está jusficando. Se llama Jorge, tiene poco más de 30 años, y está a favor de la continuidad del Campamento. Seguramente la policía ya le tenga fichado para partirle el cráneo en las próximas horas y limpiar luego con disolvente su sangre. Yo también me acuerdo de haberle visto ayer por la mañana abandonando el Campamento para irse a su trabajo. Llevaba unas largas ojeras, la cara un poco lívida, pero el brillo de sus ojos permanecía intacto. En su exquisita prosa y sus amplios conocimientos sobre teoría política descubrirá usted, señor Borasteros, lo que nunca logrará llegar a ser en su vida: un valiente ser humano.

http://agenciamarienbad.wordpress.com/2011/05/30/%C2%BFque-hacer-30-de-mayo/

jueves, 2 de junio de 2011

Los gatos corfiotas

60 eurodiputados celebraban ayer un sarao del Comité de Inmigración del Consejo Europeo en el Club Náutico de la isla de Corfú, en Grecia. Pero resulta que en Corfú también hay gatos. En mitad de la noche, empezaron a rodearles, primero maullando y luego bufándoles y a enseñándoles las uñas. Al final, los eurodiputados tuvieron que ser evacuados por mar por la guardia costera griega en un navío que iba con las luces apagadas. Pena que no se fueran en patera.

http://www.youtube.com/watch?v=gpOtPO2SI04&feature=youtu.be

http://www.nacionred.com/derechos-y-libertades/por-noveno-dia-consecutivo-miles-de-indignados-griegos-rodean-el-parlamento

miércoles, 1 de junio de 2011

El Sol, como un pepino


Hoy es el primero de junio de 2011, décimo día de la Revolución de Madrid.

La Asamblea General de Sol, constituida ayer desde las 8.30 p.m., consensuó una reestructuración del campamento antes del próximo jueves, sin llegar a un acuerdo sobre la naturaleza de dichos cambios. El sentir general quedó reflejado en la intervención de uno de los delegados de la Comisión de Infraestructuras, que consideró delante de la Asamblea que el Campamento resultaba un "lastre" para el Movimiento, puesto que los debates sobre el mantenimiento del propio cámping ocupaban la mayor parte del tiempo de las asambleas, mientras que las propuestas políticas de las comisiones de trabajo, que debían ser prioritarias, quedaban relegadas a un segundo plano. Este razonamiento fue ovacionado por los asistentes. Sin embargo, el sentido de responsabilidad de los campistas de Madrid hacia los compañeros que están empezando a asentarse en otras ciudades del mundo (Ronda, París, Toulouse, Atenas), obliga a una solución intermedia. Entre las propuestas de consenso está la construcción, con parte del material de la actual infraestructura o con palés llegados de fuera, de un punto de información permanente, un barracón para que duerma y trabaje un contingente simbólico de permanencia, o una especie de monumento de "arte efímero" que se quede allí, con altavoces y todo, y sirva de referencia para futuras movilizaciones. En cualquier caso, parece que todos estamos de acuerdo en que lo que quede de nosotros sobre la superficie de Sol, tras la migración a los barrios, será intocable, de modo que si alguien osa retirarlo, allí estaremos todos para defenderlo.


La Asamblea General de ayer por la tarde noche en Sol fue multitudinaria. Los fantasmas del día anterior sobre el pinchazo del globo se desvanecieron ipso facto, al vernos junto a toda esa multitud sentada en medio de la Plaza. Sin embargo, la salud de la asamblea en cuanto al número de asistentes genera un hecho que nos parece preocupante y que queríamos dejar reflejado aquí, por si sirve para algo. Se trata de la excesiva presencia de periodistas, que nos inquieta, nos mueve un poco al recelo y, por qué no decirlo, a la histeria. Y es que anoche había cubriendo la Asamblea General de Sol ni se sabe las cámaras de televisiones públicas y privadas, no sé cuántos reporteros de radio que reproducían cada cosa que decíamos al segundo, y un montón de plumillas que revoloteaban en los márgenes del círculo reproduciendo por el teléfono móvil cada uno de los acuerdos que alcanzaban los asambleados. En estas condiciones, la sombra del Gran Hermano se nos hace cada vez más alargada, hasta el punto de que observamos que afecta ya un poco a las intervenciones de algunos de los valientes campistas. Y lo que es peor, el festín mediático además convoca a visitantes menos recomendables.

Este redactor voluntario, autogestionado y en todo momento revocable descubrió anoche junto a la boca principal del metro de Sol a una pareja de policías nacionales uniformados, un poco panzones y con aspecto de no tener muchas luces (luces de Sol, me refiero), portando una vistosas libretitas rojas donde iban apuntando las cosas que decían los asambleístas. Nos parece un gesto muy inteligente y muy gañán al mismo tiempo. La intención de quien los ordenó ir ahí era avispada: transmitir al público de los márgenes de la ciudad Sol la sensación "democrática" de que ellos también tenían derecho a copietear lo que se estaba diciendo. Lo gañán: que se crean que no sabemos que, mientras aquellos dos pobres agentes garabateaban en sus agendas, media plantilla del CNI estaba conectada desde sus casas al “livestream” de Acampadasol, y que un buen puñado de policías secretas estaba todavía infiltrado en la asamblea, tal y como ha hecho desde la primera noche.

En fin. Mientras la Asamblea General dirimía las cuestiones de mantenimiento del cámping, en las plazas aledañas continuaron las asambleas de los grupos de trabajo. La impresión generalizada es muy buena. El contacto diario durante más de una semana, los hombros arrimados al fuego mágico prendido en Sol, ha generado una complicidad sana entre los participantes de las distintas comisiones, que han ido limando sus diferencias ideológicas y ahora se limitan, por lo general, a pequeñas discusiones, casi filológicas, sobre términos importantes de los respectivos acuerdos, de los textos de sus manifiestos. Se diría que los más "radicales" han cedido a la exigencia de los "reformistas" de presentar una Carta a los Reyes Magos el día en que levantemos el campamento. Esa concesión se ha debido, en buena medida, a la constatación por parte de los primeros, los que lo quieren todo, de que los miembros del "ala reformista" tienen una determinación clara y valiente de seguir movilizándose y radicalizar así sus protestas en caso de que sus exigencias básicas sean ignoradas por quienes nos gobiernan.

En tercer lugar, en el extrarradio de Sol, en las barriadas de Madrid, ya se han visto sentadas las primeras comisiones, preparando la importantísima segunda cita de la asamblea general de barrios y municipios del próximo sábado a las 12. Los puntos de información se van consolidando en las plazas de los suburbios de Sol, y las propuestas de los vecinos empiezan a llenar los sacos de nuestras esperanzas. En una asamblea de la Comisión de Información, preparatoria para la asamblea general de uno de los barrios del Distrito Centro de Madrid, pudimos observar que el perfil de los que más están trabajando ahora en hace llegar el Movimiento a los vecindarios es un poco distinto al de los que se lo curran a diario en Sol. Son, por lo general, jóvenes en la treintena, con trabajos técnicos, españoles, con una preocupación principal, de momento: atraer a otros sectores de la población, léase jubilados, migrantes, desempleados. Les sobran las ganas, pero quizás les falte la rabia de los universitarios indignados, o la desesperación de los adultos en paro, o el miedo a soñar de los migrantes. Pertenecen, muy probablemente, al grueso de los participantes originarios del Movimiento Democracia Real Ya, que se desvinculó hace días de la Acampada Sol con el objetivo de centrarse más y mejor en los barrios. Entre los defectos que humildemente nos atrevemos a señalarles, está la pretensión de seguir difundiendo el manifiesto primigenio de Democracia Real Ya, obviando todo el trabajo que se ha hecho estas dos últimas semanas en las comisiones de trabajo de la Acampada Sol. Y quizá mucho más importante que eso, les criticamos su obsesión por formar subcomisiones y grupos de trabajo, que pueden hacer perder fuerza al Movimiento en los barrios. En sus esquemas mentales, en su manía por hacer parcelitas temáticas y clasificarlo todo, nos parece encontrar resabios de esa educación excesivamente dirigida a la especialización profesional que hay en España, y de esas ventanas de Windows que a muchos nos adormecen la creatividad en nuestros puestos de trabajo diarios, tan sofisticados como inútiles.

También, hay que decirlo, encontramos en los promotores de la campaña Tomalosbarrios síntomas de ese individualismo ferozmente anárquico y peleón de este pueblo nuestro, y eso, si se canaliza en colectivo, puede ser un golpe estupendo. Nos gustaría avisarles de que lo que tenemos entre manos es una revolución en pos de un cambio social efectivo, no un trabajo en grupo para una asignatura de la universidad o un informe de auditoría para la empresa. La creación de muchas comisiones de trabajo puede desinflarnos. En cambio, el éxito de acciones directas que afecten de lleno a nuestros vecinos de toda la vida (paralización de algún desahucio, detención de una redada racista, ocupación de una empresa donde se vaya a perpetrar un ERE) puede hacernos ganar muchas adhesiones y muchas fuerzas. Para ello nos parece imprescindible unificar las que tenemos ahora, no dispersarlas; pensar que todavía somos pocos los reunidos en el barrio, y que en cambio las necesidades de nuestros convecinos son perentorias, y a veces muy dramáticas.

Hay un dato que hoy mismo nos ha parecido esperanzador. El grupo de Facebook que representa la voz de Democracia real ya publicó a medianoche un “post” en el que manifestaba su apoyo a una acción concreta que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Barcelona va a realizar mañana jueves:

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca hace un llamamiento a parar un nuevo desahucio, esta vez en Montcada i Reixac, Barcelona. Convocatoria este mismo jueves 2 de Junio a las 8:30h en c/ Duque de Tetuán número 3 de Montcada i Reixac. (Desde Barcelona, Renfe desde Passeig de Gracia, parad Montcada) Más info en el enlace. ¡¡Entre tod@s podemos pararlo!!

http://afectadosporlahipoteca.wordpress.com/2011/05/31/convocatoria-stop-desahucios-2-de-junio-tods-a-montcada/

Por último, queríamos fijarnos hoy en otro hecho notable que está sucediendo en el extrarradio de Sol, y que nos convoca el miedo. Después de un par de semanas de evidente letargo, las patrullas de policía nacional y municipal están volviendo a ocupar de forma escandalosa las calles y las plazas de nuestra ciudad. Ayer mismo, en menos de ocho horas, vimos una redada racista en la Glorieta de Embajadores, una requisa a unos chicos que estaban tomando el fresco en un parque de Méndez Álvaro, un control de filiación por parte de la Policía Municipal en el mismísimo arranque de la calle Carretas, una detención y registro de varias personas en la calle de la Fe, dos tríos de policías nacionales en los trenes de cercanías de las líneas Atocha-Parla y Móstoles/El Soto-Humanes, respectivamente. Nuestros informantes nos cuentan que las sirenas no dejaron de sonar por diversas zonas de Madrid hasta el amanecer y que las estampidas de coches patrulla persiguiendo fanstasmas en la noche les interrumpieron a todos el sueño.

Frente a ese terrorismo psicológico, el Movimiento parece estar rearmándose con acciones esporádicas y sorpresivas fuera del recinto de Sol. El sábado fue una concentración nocturna y silenciosa, organizada por la propia Asamblea de Sol, frente a la Embajada de Francia en Madrid, en repulsa por la actuación lacrimógena y brutal de la Gendarmería contra nuestros compañeros en la Plaza de la Bastilla. El domingo fue una manifestación frente a la Embajada de Siria en el Paseo de Recoletos, organizada en las redes sociales por el Grupo de Apoyo a la Revolución de los Pueblos Árabes y el colectivo migrante sirio en Madrid, para denunciar las últimas masacres de civiles en las ciudades de Homs, Rastan, Talbiseh y Teir Maaleh, y la connivencia de los funcionarios de la diplomacia siria con las autoridades españolas, que en vez de cancelar relaciones y mandar a paseo a los asesinos, han reforzado la vigilancia policial a la puerta de la Embajada las 24 horas del día, para que nadie pueda expresar allí su duelo públicamente. El lunes fue una acción de boicot bien ruidosa contra la presencia de Emilio Botín en la Universidad pública Carlos III en Getafe, organizada por el Sindicato de Enseñanza de la CNT de Madrid y el colectivo estudiantil Juventud sin futuro:

http://www.nuevoorden.es/2011/concentracion-silenciosa-frente-a-la-embajada-de-francia-en-madrid-tras-la-actuacion-de-la-policia-en-paris/

http://www.youtube.com/watch?v=gNI3lgz1CYo

http://www.publico.es/dinero/379226/universitarios-protestan-contra-botin-por-ser-un-beneficiario-de-la-crisis

En el ámbito internacional, y corríjannos si nos equivocamos, tenemos la sensación de que el Sol cada vez gira más en torno al mundo. Ese movimiento paradójico, anticopernicano, se reflejó hace poco, no sólo en las mencionadas plazas de Toulouse y París, sino en sitios más apartados:

- En la plaza Syntagma, en Atenas, 50.000 personas se reunieron ayer enfrente del Parlamento, avanzando pacíficamente y de a poquitos hasta bloquear la salida de sus diputados. El espíritu de Sol, en su traslación a la península griega, y contraviniendo las lógicas heliocéntricas que siempre nos enseñaron, logró a buen seguro generar más canguelo en los culpables de la crisis de aquel país que todos los cócteles molotov que se lanzaron a las puertas del mismo Parlamento Griego durante las 11 huelgas generales del pasado año.

http://www.kaosenlared.net/noticia/grecia-50-mil-personas-bloquean-salidas-parlamento-frente-plaza-syntag


- En Alemania, con la llamada crisis de los pepinos, la canciller Angela Merkel, sin querer queriendo, ha estado reproduciendo estos días el mismo discurso reaccionario de su homóloga Esperanza Aguirre y sus medios afines (con Intereconomía a la cabeza), o del conseller de interior Felipe Puig, al respecto de los indignados que acampan. Los pepinos españoles, como los que duermen en el Sol, eran un foco de infecciones, un nido de liendres que hacía falta higienizar. Al ser además ecológicos y venir de Almería, se inteDescripción: Enlacentaron presentar a la opinión pública como unas hortalizas un poco jipis, provistas de rastas sucísimas, que había que desalojar de inmediato de Europa por ser una fuente de suciedad y peste. Este mensaje, poco a poco neutralizado por la potencia imprevisible del Movimiento de Sol, se viene a sumar a la campaña orquestada desde hace tiempo por los gobernantes de los países nórdicos y Centroeuropa, y que presentan a los trabajadores mediterráneos como sujetos poco productivos, vagos y generadores de deudas públicas:

http://www.youtube.com/watch?v=nx9lzd-TSfs

En el horizonte, está en juego el intento de presentar a la Vieja Europa como un territorio partido entre los que producen y los que se reproducen como conejos, entre los trabajadores serios y los que se pasan el rato haciendo "raves" festivas en el espacio común europeo. No se preocupen, la gente en Alemania y en Suecia tampoco es tonta. Se seguirán comiendo a los pepinos españoles, que están más sanos que nunca. Viajan a la velocidad de la luz, y son más raudos que los mensajes apocalípticos de quienes nos maltratan y nos gobiernan. El Movimiento, dentro de poco, también les acabará simpatizando.

- Los nervios del rey Juan Carlos. Después de su recepción a un grupo de empresarios madrileños en el Palacio de la Zarzuela ayer, el monarca español respondió soliviantado a la pregunta de una periodista acerca de su estado de salud: "Fatal, fatal, fatal. Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa. Eso es lo que hacéis la prensa." El rey estaba nerviosito ayer: se creía que los periodistas deseaban verlo morir.

Los niños de padres indolentes, que se pasan horas jugando con videojuegos bélicos o viendo series de dibujos violentos, suelen despertarse en medio de la noche con pesadillas. Gritan, se creen que un soldado con metralleta, o un vampiro bicéfalo, ha entrado en su alcoba para matarlos. Hasta que no les encienden la luz no se les pasa. Al rey de España, muy probablemente, lo que le ocurrió ayer por la noche es que le llamó por teléfono su amigo Mohamed VI para contarle una cosa:

- El domingo vi en los dibujos animados que un grupo muy grande de gente salía a protestar en las calles de mi ciudad Casablanca. Incluso llevaban pancartas de Game over! con mi foto. Tuve que accionar el comando "Represión" de la consola para que se callaran. Hubo sangre, cabezas rotas, señoras que cargaban niños apaleadas, y niños que lloraban desconsolados buscando a sus madres.

https://www.facebook.com/video/video.php?v=1697327846844&oid=275173484418&comments

A la mañana siguiente, delante de los periodista, el rey Juan Carlos de Borbón tuvo pesadillas.