martes, 13 de octubre de 2009
Nobel
Hola, Mr. Johnpez,
¿Qué tal va tu vida? ¿La salud, las clases, la tesis? ¿Qué es eso de llamarse a uno mismo "comepingas"? ¿Hay algo que no me hayas contado en todo este tiempo? ¿Debo preocuparme, o es simplemente el hábito ése de flagelarse y humillarse en público propio de los javerianos?
Ya te tengo encontrado en el Skype, y en el Gmail, aunque me faltas en el Messenger, el Facebook (en buen caleño Carelibro) y el Chupilerendi Friends (este no existe, pero debería). Ahora sí que no te libras de mí.
Los quehaceres de mi vida que te cuestionas siguen inmutados. Vengo por la mañana a la universidad, a ordenar papeles, por las tardes doy unas clases privadas los lunes y los miércoles, martes y jueves voy al gimnasio, y el resto del tiempo lo dedico a consumir pelis, conciertos y obras de teatro esperando a que llegue el fin de semana o en su defecto esa revuelta que por fin nos libre de dios, de los explotadores, de los burócratas y de los políticos-guerreros como Obama.
¿Que qué me parece el Premio Nobel de la paz a Obama? ¿Y tú me lo preguntas, mientras clavas tu iris en mi iris azul (la pupila es siempre negra, diga lo que diga el idiota de Bécquer)?. Tú mira un poco para arriba, milord, allí desde tu montaña pensativa. ¿No escuchas el zumbido ése del helicoptéro MH-60G, escupiendo Cosmo-Flux 411F sobre las huertas, los animales y las cabezas de los niños y de los embriones de tu pueblo? Hazle así señas con la mano y dile que venga. Pregúntale al piloto, con tu buen acento de Ohio, pero a voces: "¿who sends you, buddy?" Verás cómo te contesta "Mr. Obama, flamante premio Noble de la Paz."
Espero que, aparte de esa afición enquistada por hacer preguntas tontas, todo siga yendo bien por tu pequeña Colombie, y más concretamente en la parte de la Colombie que afecta a tus vértebras y a tu corazón de buen humano.
Te mando un abrazo, hasta que cruja eso,
Chau,
Favila