Despre Oameni Si Melci (De caracoles y hombres) es una película estúpida, perversa en su manejo de los buenos sentimientos. Frente a ese cine rumano maravilloso del que veníamos hablando, descubrimos que en los circuitos del supuesto cine alternativo, aprovechando el tirón de los premios en los festivales, también se cuelan ponzoñas como esta de un tal Tudor Giurgiu, en la que, entre otras cosas que no pueden ser peores, se banaliza la lucha de los trabajadores de las cuencas fabriles rumanas tras la caída del régimen comunista.
La tremenda acidez y realismo de las pelis del último cine rumano que nos había llegado se convierte aquí en una reproducción artificial de todos los arquetipos narrativos y políticos de una comedia norteamericana al uso (devoción al líder, consumismo, desvanecimiento de las causas de los conflictos sociales e individuación absoluta de los conflictos personales, reconocimiento de la autoridad...) En definitiva, una película de "Transición", que quizá solo tenga el interés de permitirnos imaginar mejor cuál será el cine rumano de los próximos años, cuando la hornada de los Porumboiu, Puiu, Mungiu, Mitulescu, etc. se acomode en los cojines de la fama.
La tremenda acidez y realismo de las pelis del último cine rumano que nos había llegado se convierte aquí en una reproducción artificial de todos los arquetipos narrativos y políticos de una comedia norteamericana al uso (devoción al líder, consumismo, desvanecimiento de las causas de los conflictos sociales e individuación absoluta de los conflictos personales, reconocimiento de la autoridad...) En definitiva, una película de "Transición", que quizá solo tenga el interés de permitirnos imaginar mejor cuál será el cine rumano de los próximos años, cuando la hornada de los Porumboiu, Puiu, Mungiu, Mitulescu, etc. se acomode en los cojines de la fama.