Los trepas, los guays de las asambleas, los díver, los incluyentes, los elocuentes, los enemigos de las siglas, los amigos de las performances, las zorras que mutaban, los que se escapaban por la puerta de atrás cuando las acciones se ponían chungas, los que siempre decían "salud y alegría" y nos llamaban a los demás amargos, tristes y aburridos. Esos no perdieron más el tiempo en las asambleas del 15-M. Caminaron por su lado y se buscaron el sustento. Ay, a veces el futuro se parece tanto a la historia de siempre.