Un día, saliendo de tu casa para ir a currar, te aborda un señor y te dice: "Acompáñeme". Tú le preguntas adónde y él te enseña su placa de policía. Te llevan a comisaría, te interrogan. Al día siguiente te meten en una furgoneta con rejas y cristales tintados y te traen a Madrid, a la Audiencia Nacional, ese lugar donde dicen que juzgan a los terroristas. Te acusan de un delito "contra altos organismos de la nación", con penas de entre tres y cinco años de prisión. Has tenido mala suerte: estuviste, junto a otras 15.000 personas, en la manifestación frente al Parlament de Catalunya el pasado 15 de junio, y has sido seleccionado, con otros 21 a los que no conoces, para asustar a la gente del 15-M y que no salgan más a la calle a reclamar lo que es justo.
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